viernes, 28 de mayo de 2021

Leyendas y lugares. La Torre de la cautiva - Mota del Cuervo

 
 Elena, u
na doncella cristina, paseaba a caballo con su dueña cerca del campamento árabe. De repente, un grupo de árabes las atacaron y raptaron, pensando en que al tratarse de una joven de gran categoría el rescate sería muy alto, pues uno de los moros la había reconocido como una doncella de rica familia.
  Llevaron a la joven a la fortaleza y la dejaron encerrada. Al día siguiente la llevaron a presencia del caíd que admiró su belleza y también pudo comprobarlo su hijo Alí, que inmediatamente quedó enamorado de ella. 
   El hijo le comunicó al padre que quería tomarla por esposa; el caíd mandó llamar a Elena y la expresó el deseo de su hijo prometiéndola toda clase de riquezas y de honores a condición de que adjurara de su religión y se hiciera mahometana. La joven se negó exponiendo que ella era cristiana y tenía pensado procesar en un convento. A esta contestación el caíd le dijo que si no accedía moriría encerrada entre muros, añadiendo que su padre había muerto y él mismo había hecho correr la noticia de que ella también había fallecido, por lo que la hizo ver que no tenía a nadie que la pudiera echar de menos ni poderla ayudar. A pesar de ello la joven Elena siguió negándose al proyecto del Caíd. 
 La pobre muchacha  fue maltratada y, por último, el caíd la condenó a ser esclava de su hijo, a lo que el hijo se negó.
    Elena fue encerrada nuevamente y al poco tiempo la trasladaron a lo alto de la torre en una mazmorra.
  Al poco tiempo el hijo tuvo que acudir a combatir contra los cristianos y el caíd mandó tapiar la mazmorra para que la muchacha muriera de hambre y sed.
   Fue pasando el tiempo lentamente y a Elena solamente le quedaba un poco de agua en el cántaro hasta que se agotó y la muchacha pensaba que allí terminaría muriendo. Cuando al día siguiente echó mano del cántaro comprobó que estaba con agua, aunque seguía teniendo mucha hambre, cuando, de repente, apareció un cuervo por la ventana que le traía un trozo de pan en el pico.
   A partir de ese momento y en los días sucesivos siempre disponía de pan para comer y de agua en el cántaro, pues todos los días  el cuervo le proporcionaba su correspondiente trozo de pan.
  Así pasó el tiempo hasta que un día oyó un tropel de hombres a caballo y, asomándose a la ventana, vio que eran moros y también creyó distinguir a Alí y en ese mismo momento unas tropas cristinas aparecieron y se produjo un combate entre ambas fuerzas donde, al poco, parecía que los cristianos iban ganando terreno. De improviso una flecha atravesó las rejas de la venta de Elena y quedó herida en un hombro.
   Finalmente la victoria se puso del lado de los cristianos y Alí fue  malherido y prisionero, el joven solicito se le permitiera ir a la torre a ver a la cautiva, aunque uno de los moros de su escolta le explicó que era inútil que fuera porque la mazmorra había sido tapiada y la joven estaría muerta. A pesar de la noticia, Alí volvió a solicitar el favor que le dejara ir, a lo que el  jefe cristiano accedió.
   
Trasladaron a Alí moribundo y, una vez llegados  a la celda, comenzaron a tirar el tabique al mismo tiempo que escuchaban unos gemidos dentro, por lo que Alí le hizo pensar que estaba viva y, entonces, en ese momento, Alí prometió que se haría cristiano si era capaz de verla viva como así sucedió, por lo que volvió a jurar el convertirse en cristiano, mientras que Elena le explicó la razón de haber podido sobrevivir, a lo que Alí dijo que quería ser cristiano y bautizarse. Al no encontrar ningún sacerdote, la misma Elena le bautizó extendiéndole agua por la cabeza y, nada más bautizado, Alí terminó falleciendo.
    Por fin Elena profesó en un convento y desde entonces a la torre  se la ha venido llamando la Torre de La Cautiva, al mismo tiempo que a la población de la Mota se le añadió del Cuervo.

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