Espero que la semana haya sido agradable y provechosa. ¿Os dais cuenta de que han pasado ocho semanas? Espero que las piernas, los pies y, sobre todo, la mente se vayan acostumbrando poco a poco al reto al que les vais a someter.
¿A que no es para tanto? ¿Quién dijo no puedo?
¿A que no es para tanto? ¿Quién dijo no puedo?
Por mi parte, continua el calvario. Ahora estoy en espera de un montón de pruebas médicas con el fin de determinar cuál es la lesión e intentar solucionarla. De todas formas, he vuelto a salir a caminar, menos tiempo, más despacio, pero he vuelto, que para mí es mucho.
La semana que afrontamos debería ser una semana para comprobar cómo está nuestro cuerpo. Vamos a añadir a nuestro recorrido algunas cuestas exigentes con el fin de acostumbrarnos a subir y bajar. No os confiéis con las bajadas, que engañan. Es bajando donde más sufren las piernas y donde más lesiones se producen. Hay que entrenar muchas bajadas.
No os doy más el tostón. Que tengáis una buena semana y que disfrutéis de los paseos. No importa si al final no os unís a nosotros porque vosotros ya sois peregrinos, desde hace ocho semanas lo sois.
¡Bon camiño! ¡Buen camino!
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