Es momento de caricias, de mimos y cucamonas. Las plantas, como todo ser vivo, tienen su corazoncito y necesitan de todas estas cosas para sentirse queridas y útiles.
Árboles:
Carpinus (Carpinus Betulus):
Árbol de hoja caduca. Las hojas son de color verde ovaladas, amarillas en otoño, se secan y no se desprenden hasta el nacimiento de las nuevas, árbol de sol y sombra, se adapta a todos los terrenos.
Arbustos:
Bambú (Pleioblastus):
Arbusto de hoja perenne, con forma lanceolada que brotan a partir de cañas. Se pueden situar bien al sol o pretegidas por otros arbustos o árboles de mayor tamaño. Prefieren los suelos húmedos y bien drenados. Se encuentran diferentes variedades según tamaño y tonalidad de las hojas.
Coníferas:
Ciprés (Cupressus):
Árbol de porte columnar o piramidal. Crecimiento rápido al principio. Hokas muy apiñadas de color verde grisáceo muy oscuro. Crece en cualquier tipo de suelo bien drenado. Los calizos pueden producir clorosis férrica. Situarlo en zonas soleadas, no le gusta la sombra. Árbol muy longevo que puede utilizarse como seto. Especies: Cupressus arizonica, Cupressus serpervirens y Cupressus macrocarpa.
Frutales:
Naranjo (Citrus Sinensis):
Árbol de floración olorosa; raíz de eje vertical. Prefiere los climas templados, no soporta los fríos extremos del invierno y le perjudican las heladas. Crece en terrenos arenosos y ricos en materia orgánica, profundos y bien drenados. Importante el riego durante la actividad del árbol. Se aconseja podar suavemente a finales de febrero o principios de marzo.
Menta (Mentha Piperita):
Planta perenne de uno 30-80 cm de crecimiento rápido. Florece en verano. Utilizada para cocinar tanto fresca como seca, para infusiones, en medicina... Crece en terrenos fértiles y bien abonados, húmedos (no descuidar el riego). Es una planta invasora, conviene podarla en otoño.
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