El monasterio de Sant Pere de Casserres se sitúa en el término municipal de Masías de Roda en la comarca catalana de Osona, muy cerca de Vich, la capital.
El monasterio es uno de los monumentos más importantes del románico catalán y el único de la orden benedictina en la comarca. Se alza en la parte interior de un meandro del rio Ter, que forma una península. En la actualidad está rodeado por el embalse de Sau.
A la belleza del monasterio hay que unir la belleza del entorno que le rodea, siendo parada obligada si se pasa por la comarca de Osona.
Después de visitar el monasterio, de pasear por los alrededores y disfrutar de la fusión de naturaleza, arquitectura e historia, os recomiendo que os detengáis en el Parador de Vich, que se encuentra a dos kilométros, y contempléis desde su terraza exterior el paisaje y las maravillosas vistas.
Leyenda:
Documentada en 1554, habla sobre la fundación del monasterio. Cuenta que se fundó sobre la tumba de un niño de la casa de Cardona, el cual habló con tan sólo tres días de edad, explicando que moriría a los treinta días. El niño comunicó su deseo de que su cuerpo fuera colocado a lomos de una mula y que en lugar en que el animal se detuviera se construyera un monasterio que quedaría bajo la advocación de San Pedro.
El monasterio aún conserva los restos momificados de un infante que la tradición popular atribuye al hijo de los de Cardona. Las reliquias fueron veneradas durante muchos años por los habitantes de la zona, que les atribuían poderes sobrenaturales. Durante los periodos de sequía se realizaba una procesión que llevaba la urna con los restos del niño hasta el Ter para que se solucionara el problema.
Fotografía: Viky Ruiz y J. Ruiz
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