jueves, 2 de enero de 2014

¿Zahorí? ¿Zaho... qué?

    El termino zahorí proviene del árabe hispánico zuharí, y este del árabe clásico, zuharī, geomántico, derivado de azzuharah.
   La RAE lo define como persona a quien se atribuye la facultad de descubrir lo que está oculto, especialmente manantiales subterráneos.
Horquilla de Zahorí
   Un '''zahorí''', a veces llamado radiestesista o rabdomante, es alguien que afirma que puede detectar cambios del electromagnetismo a través del movimiento espontáneo de dispositivos simples sostenidos por sus manos, normalmente una varilla de madera o metal en forma de ''"Y"'' ó ''"L"'' o un péndulo. Los zahoríes afirman ser capaces de detectar la existencia de flujos magnéticos, corrientes de agua, vetas de minerales, lagos subterráneos, etc. a cualquier profundidad y sustentan la eficacia de la técnica en razones psicológicas, y los movimientos de los instrumentos de forma inconsciente y automática debido a ciertos estímulos. Mientras para algunos defensores de la técnica, se trataría de una habilidad explicable por la ciencia, otros la tratan de "facultad supranormal".
Ilustración de la obra de Pierre Le Brun,
 Historia crítica de  prácticas supersticiosas
, 1732 
   La radiestesia, en su variante tradicional de búsqueda de aguas subterráneas, es una práctica llevada a cabo desde hace al menos 4500 años. Se ha practicado desde tiempos remotos y se debe a la falta de conocimiento geológico o de instrumental científico. Hoy día se sigue usando en zonas rurales.
   Se ha catalogado su práctica como brujería, superstición e incluso como obra satánica. Se ha intentado encontrar explicación científica y todas las comprobaciones han llevado a catalogarla de poco fiable y hasta de fraude.
   El practicante de la radiestesia emplea una varilla vegetal o metálica o bien un péndulo, que aparentemente sirve de estímulo para percibir el lugar indicado. No obstante, algunos radiestesistas  o zahoríes utilizan otro tipo de equipos o no se sirven de ninguno.
   Quienes hacen uso de la horquilla de árbol, preferentemente de avellano o sauce, la sostienen con las dos manos y en una postura determinada mientras el sujeto recorre el terreno que ha de explorar, hasta que su movimiento indique la presencia buscada.  
  Sirva esta breve descripción sobre la radiestesia y los zahories para presentar a Manuel, un enigmático zahorí,  con el que pasé una tarde inolvidable marcando pozos de agua.

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