lunes, 13 de julio de 2015

Iker tiene su sitio y Florentino el suyo

     Hay un sitio donde están las personas honestas, trabajadoras, comprometidas con todo lo que les rodea, -familia, empresa o sociedad-. Luego, hay otro sitio donde aposentan sus posaderas las personas sin corazón, los injustos, los caprichosos que alimentan su ego a golpe de talonario, los que para dejarse ver se suben a los hombros de los honestos trabajadores.
    Esta es una tónica que se da en la vida, con independencia de extracto social al que se pertenezca, las creencias que se practiquen, la profesión que se ejerza o el salario que se perciba.  El puesto tiene que ver más con las cualidades humanas, aquellas que no se compran, ni se venden. Se tienen o no se tienen, simplemente. 
     Todo ello viene a cuento del exportero del Real Madrid. Iker Casillas. Iker tendrá siempre un sitio en el corazón de todos los aficionados al fútbol, de los españoles y de los madridistas. Con sus paradas, sus despejes y, sobre todo, su humildad, ha sido y es un referente para la sociedad y , por supuesto, para los jóvenes.
  Su última parada como portero del Real Madrid, ha  sido portentosa,  ha dejado en evidencia la falta de regate, de técnica, de fair play y de saber estar del presidente Florentino y su junta.    
   Iker, cuando pasen muchos muchos años será recordado y añorado por todos los que aman el noble deporte del fútbol. Sin embargo, de Florentino no se acordará nadie, ni siquiera en su casa a la hora de comer, como se dice coloquialmente. Esta es una de las diferencias abismales que separan a los dos personajes en cuestión. 
    El tiempo dejará a cada uno en su lugar.      

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