Estamos hartos de oír como desde tiempo inmemorial nos ponen de ejemplo de civismo, educación y tolerancia a los países del centro y norte de Europa.
Parece que en esos países con sus habitantes incluidos son el paraíso bíblico y que por sus calles y plazas atan los perros con longanizas.
Mientras en los países pobres del sur sus habitantes somos primitivos, violentos, chillones, mal educados etc, etc.
Mientras en los países pobres del sur sus habitantes somos primitivos, violentos, chillones, mal educados etc, etc.
¡Ya esta bien! ¿No os parece? Esta tarde hemos asistido como unos holandesitos de medio pelo, vejaban y humillaban a unos mendigos rumanos, pero que también podían haber sido unos mendigos españoles, porque la mendicidad no sabe de nacionalidades, al igual que los mal nacidos, tampoco.
Si el ejemplo que debemos seguir es este comportamiento o las actitudes de los dirigentes centro y norte europeos en relación a los refugiados o las masacres y genocidios del pasado cercano o los semi campos de concentración aplicados a la emigración de los años 60, yo no quiero ser un europeo de ese tipo.
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