Etapa 12ª. Santiago - Negreira. (21 km)
A este punto es la tercera vez que llegamos. Las dos veces anteriores hicimos las maletas y volvimos a Madrid muy contentos. Contentos con la satisfacción de haber llegado hasta la casa del señor Santiago, que no es poco.
No obstante las dos veces nos hemos ido con la sensación de haber podido llegar a Finesterre. El fin de la tierra de la antigüedad, donde los peregrinos se postran al atardecer ante el dios Sol y purifican sus cuerpos a la luz de la luna.
Este año es posible que lo consigamos, no sabemos, el camino tiene sus altos y bajos, sus recodos y recobecos y tan solo podemos asegurar que lo vamos a intentar con todo nuestro corazón.
A este punto es la tercera vez que llegamos. Las dos veces anteriores hicimos las maletas y volvimos a Madrid muy contentos. Contentos con la satisfacción de haber llegado hasta la casa del señor Santiago, que no es poco.
No obstante las dos veces nos hemos ido con la sensación de haber podido llegar a Finesterre. El fin de la tierra de la antigüedad, donde los peregrinos se postran al atardecer ante el dios Sol y purifican sus cuerpos a la luz de la luna.
Este año es posible que lo consigamos, no sabemos, el camino tiene sus altos y bajos, sus recodos y recobecos y tan solo podemos asegurar que lo vamos a intentar con todo nuestro corazón.
Descripción.
Damos la espalda a Santiago en busca del Atlántico para encontrar las últimas respuestas. La jornada es comedida en kilómetros. Pasado el ecuador de la etapa se inicia desde Augapesada el ascenso al Mar de Ovellas, plato fuerte de la jornada al que le sucede un reparador descenso que lleva a orillas del Tambre y Ponte Maceira.
Descripción.
Damos la espalda a Santiago en busca del Atlántico para encontrar las últimas respuestas. La jornada es comedida en kilómetros. Pasado el ecuador de la etapa se inicia desde Augapesada el ascenso al Mar de Ovellas, plato fuerte de la jornada al que le sucede un reparador descenso que lleva a orillas del Tambre y Ponte Maceira.
Damos la espalda a Santiago en busca del Atlántico para encontrar las últimas respuestas. La jornada es comedida en kilómetros. Pasado el ecuador de la etapa se inicia desde Augapesada el ascenso al Mar de Ovellas, plato fuerte de la jornada al que le sucede un reparador descenso que lleva a orillas del Tambre y Ponte Maceira.
El itinerario.
Dificultades.
- Alto do Mar de Ovellas:
Subida de un par de kilómetros que salva 215 metros de desnivel. Los tramos más duros se encuentran en la primera parte, que se hace por un camino en buen estado. La segunda parte, por carretera, también pega pero es más llevadera
Qué ver, qué hacer.
- .NEGREIRA:
Negreira, que tiene el título de villa otorgado por Real Decreto en 1906 bajo el reinado de Alfonso XIII, se ha convertido en final de la primera etapa del Camino hacia Fisterra y Muxía.
La vega del río Tambre fue lugar de asentamiento de tribus prerromanas, y ya en época romana Negreira es paso y, muy probablemente, mansio de la vía Per loca marítima Nicraria Tamara, una calzada romana de veintitrés millas que unía Caldas de Reis con las minas de plata de Brandomil. En el escudo de la población aparece Ponte Maceira partido en dos, aludiendo a la leyenda del traslado del cuerpo del Apóstol - reflejada en el libro III del Codex Calixtinus - que narra cómo tras pasar los discípulos, el puente se hunde y arrastra a las aguas a los soldados que les perseguían. Tras el paso de los suevos en los siglos V y VI por toda Gallaecia, Negreira fue concedida como feudo en el 876 a la iglesia compostelana y fue arrasada un siglo después por piratas normandos. Reconstruida en el 1113, dejó de ser feudo de Santiago durante el reinado de los Reyes Católicos y se emancipó como Foro Real, situación confirmada en 1520 por el emperador Carlos V.
En la villa destacan el pazo de Cotón y la capilla de San Mauro, junto a los que se celebra todos los domingos del año la feria ambulante, presente desde el siglo XVIII. Al parecer el primer núcleo de población se fijó al otro lado del río Barcala, donde se encuentra el albergue de la Xunta y la iglesia de San Xulián, pero la villa creció a partir del siglo XIX en el entorno del pazo y el campo de la feria. Del cinco al siete de julio los nicrarienses celebran las fiestas de San Cristóbal y en septiembre tiene lugar una feria medieval.
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