- No más refranes, Sancho -dijo Don Quijote-, pues cualquiera de los que has dicho basta para dar a entender tu pensamiento; y muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo de refranes y que te vayas a la mano en decirlos; pero paréceme que es predicar en desierto, y "castígame mi madre y yo trómpogelas". - Paréceme -respondió Sancho- que vuesa merced es como lo que dicen: "Dijo la sartén a la caldera: Quítate allá ojinegra". Estáme reprehendiendo que no diga yo refranes, y ensártalos vuesa merced de dos en dos. - Mira, Sancho- respondió Don Quijote-: yo traigo los refranes a propósito y vienen cuando los digo como anillo en el dedo; pero tráeslos tú tan por los cabellos, que los arrastras y no los guías; y si no me acuerdo mal, otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán que no viene a propósito antes es disparate que sentencia.
Miguel de Cervantes Saavedra, en El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha II,
«A Dios rogando y con el mazo dando»
«Quien las sabe las tañe»
«Bien se está San Pedro en Roma»
«Cuando a Roma fueres, haz como vieres»
«Para dar y tener seso es menester»
«Muera Marta, y muera harta»
«No por mucho madrugar amanece más temprano.»
«Un loco hace ciento y el amor hace mil.»
«No hay que mentar nunca la soga en casa del ahorcado.»
«Siempre que el cántaro golpea a la piedra o la piedra al cántaro, el cántaro pierde la pelea.»
«Váyase el muerto a la supultura y el vivo a la hogaza.»
«Érase que se era, el bien que viniere para todos sea, y el mal, para quien lo fuere a buscar....»
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