viernes, 21 de octubre de 2016

Tabernas castizas - El pescador



 Este tradicional bar de la Ronda de Toledo, número 2, lleva décadas sirviendo sabrosos bocadillos y raciones de calamares. La familia Benito ofrece un trato cercano y familiar a todos sus clientes.
  Fundado en 1892 por Domingo Mollejo, frente al entonces antiguo matadero de ganado vacuno. En 1930 fue demolido y sustituido por el  mercado de pescado, hoy convertido en el Centro Puerta de Toledo. Tras Mollejo, pasa a regentar el bar Arturo Torregrosa, a quien se lo compró Cruz Benito, abuelo del actual propietario José Benito. Cuenta José que su abuelo abría el bar a las 4 de la mañana y se cerraba a media noche.  Por aquel entonces se servía vino, café y mucha fritura.
 La calidad del calamar que aquí se vende tanto en raciones como en bocadillos es lo que ha consolidado su fama. Sin olvidar su buena localización, al lado de El Rastro por lo que todos los domingos es uno de los bares más frecuentados por los madrileños y turistas que acuden al mercadillo.  La terraza en la ronda de Toledo está muy frecuentada en cualquier época del año, sobre todo en las noches de verano.
  En El Pescador se aplica la máxima de todo bar castizo que se precie “Al fondo hay sitio”, es lo primero que escuchan los clientes al entrar aunque el local esté lleno. Siempre hay un rinconcito para los clientes.
 Han  heredado sin realizar alteraciones algunas las famosas recetas, como la de la salsa de las patatas bravas.  El pulpo a la gallega, los caracoles o los callos. El bocata de calamares se sirve en pan estilo bombón para que esté blandito todo el día. El calamar es el producto que más se vende así junto con los boquerones y las bravas.
   La cerveza de barril, muy bien tirada, y el vermut de grifo,  son las bebidas que más se consumen. Abren todos los días excepto los jueves, de 7 a 12 de la noche.


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