Las Cuatro Fuentes, también conocidas como Las Fuentecillas, fueron diseñadas por Ventura Rodríguez para ser situadas en la actual plaza de Murillo, entre el Museo del Prado y el Jardín Botánico, precisamente enfrente de donde se encuentran ahora. En este punto se inauguraron en 1781, en el denominado paseo de los Trajineros, que así se llamaba el Prado en este momento. Formaban parte de la organización del Salón del Prado con una función exclusivamente ornamental. Las cuatro fuentes pilón son similares, se diferencian entre sí por el remate escultórico superior, siendo iguales dos a dos. Se componen de un pilón circular desde cuyo centro se levanta una columna, decorada con cuatro hojas de acanto y cuatro cabezas del mismo animal, sobre la que se apoya una taza, también circular. En su centro, a su vez, se levanta un remate escultórico con nereida, en dos de las fuentes, o con tritón, en las otras dos. Un surtidor incorporado a la escultura echa agua hacia arriba que cae a la taza y desde ésta, por rebosamiento, al pilón. Las fuentes se realizaron en material pétreo, caliza blanca de Redueña.
Los escultores fueron Roberto Michel, Francisco Gutiérrez, Alfonso Bergaz,-que realizó los tritones-, Narciso Aldebó -las columnas- y José Rodríguez -las cabezas de oso que rematan cada fuente- que, representan las Armas de la Villa de Madrid. La disposición con el paseo entre las fuentes, separándolas en dos grupos de dos, ya existía en el siglo XIX; esta separación se fue haciendo más patente según aumentaba el tráfico hasta la situación actual.
Mutilada una de las fuentes durante la Guerra Civil, fue recuperada en 1944. Las fuentes, dado su deterioro -especialmente las figuras- fueron restauradas por el Ayuntamiento en 1996; se procedió a su limpieza y consolidación, sellado de juntas, reposición de sumideros perimetrales, obtención de moldes de las figuras de coronación y el vaciado en resina de las figuras.
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