A la tercera va la vencida, por fin traspaso el umbral de la Sagrada Familia y quedo paralizado. Si el exterior impresiona, el interior acongoja, te sientes pequeño, muy pequeño.
Todo es grandioso, las columnas, las formas retorcidas, las escaleras, la nave central tan vacía y tan llena a la vez.
Los colores de las vidrieras que se iluminan más o menos dependiendo del la hora del dia, te enseñan el cielo con sus azules turquesas y el infierno con sus rojos chillones.
Los colores de las vidrieras que se iluminan más o menos dependiendo del la hora del dia, te enseñan el cielo con sus azules turquesas y el infierno con sus rojos chillones.
La atmósfera que se respira te hace sentir que estas en otra dimensión.
Fotografía: J Ruiz
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