Después de casi sesenta años, de improviso, como el que no quiere la cosa, se me han empezado a caer vendas que tenía delante de los ojos y que sin lugar a dudas deformaban la realidad, convirtiendo el mundo en el que he vivido en un mundo desconocido y mi vida, en una vida casi, casi de ciencia ficción.
No sé hasta dónde llegaré, ignoro la cantidad de velos que me quedan por delante: esto es un verdadero sindiós.
Hace unos días, unos señores que no sé de dónde han salido, levantan un revuelo con un autobús donde dicen algo como: "Que no te engañen, lo niños tienen pene y las niñas vulva"
¡Joder! Con perdón, toda mi puta vida, perdón otra vez, creyendo que yo tenía, en el mejor de los casos, colita, y que las niñas tenían culito y ...
¡Zasca! ¡Pene y vulva! ¡Madre mía!
A todo esto, las fuerzas llamadas progresistas han montado en cólera y las regresistas están más calladas que el caballo de Espartero, será que es verdad que nos han engañado. Y mientras, los damnificados con la autoestima por los suelos.
Nuestra existencia, nunca jamás volverá a ser como antes. ¿Por qué? Pues simplemente, por tres razones fundamentales, a saber:
1.- Hemos sido un poco tontos al vivir tantos años engañados, es como si creyéramos en los Reyes Magos; que, entre nosotros, yo no termino de creerme que sean los padres, pero bueno.
2.- El trauma que voy a tener que llevar sobre mis espaldas, al enterarme de tal cosa, así, sin anestesia, sin tan siquiera un mínimo de apoyo psicológico.
3.- Nunca jamás podré mirar igual a los amigos, a los vecinos o vecinas, sabiendo que tienen tales cosas.
Espero que con el tiempo, y si dejan de caer pañuelos, se me vaya pasando y pueda volver a la tranquilidad. De momento voy para el psicólogo y espero que me devuelva al mundo de la cola.
Espero que con el tiempo, y si dejan de caer pañuelos, se me vaya pasando y pueda volver a la tranquilidad. De momento voy para el psicólogo y espero que me devuelva al mundo de la cola.
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