Estamos a cinco semanas, solo cinco semanas.
El día 27 de mayo sonará el pistoletazo de salida del Camino de los Ruiz 2017.
Parece que fue ayer cuando empezamos a pensar en este Camino, y ya está aquí. ¡En fin! cómo corre el tiempo, cómo corre la vida.
Ha sido un periodo de incertidumbres, preocupaciones y temores que, al final, parece que se han ido disipando. Esperemos que el sol nos brille durante todo el Camino.
Podría deciros esto, lo otro o lo de mas allá, pero, a estas alturas de la preparación, todo debería estar a punto. Lo que no se ha hecho ya difícilmente se puede hacer a prisa y corriendo. Es más, intentarlo resultaría contraproducente.
Así que, a relajarnos y a esperar al día D. No nos vaya a dar por hacer tonterías y nos provoquemos una lesión que nos aparte definitivamente del Camino, y eso, la verdad, es lo último que queremos.
Por lo tanto, paseos ligeros sin grandes dificultades para mantener la forma, si la tenemos, repasar la lista de ropas, utensilios y las guías de viaje.
Puestos en el Camino, según la experiencia me indica, ya sea Santiago apóstol, las divinidades celtas, los druidas, las meigas o el "sursum cordam" dan un suplemento de fuerzas y entereza a los peregrinos. Todo es más fácil de lo que desde casa parece, ya lo veréis por vosotros mismos.
Yo, sin ir más lejos, estoy tranquilo. No estoy en la forma que debiera, tengo la espada de Damocles encima de la rodilla y, aun así,considero que mi Camino ya está hecho; tan solo tengo que disfrutar durante doce días de la compañía, de la soledad, del campo, del agua, del barro, del mar, de la montaña, de la comida, de los recuerdos, de los pensamientos, de los que están y de los que no y de todo lo que pase por delante de mis sentidos.
Tan solo me gustaría insistir en la idea de que la disciplina y la fuerza interior es fundamental para realizar cualquier Camino que nos propongamos.
El día 27 de mayo sonará el pistoletazo de salida del Camino de los Ruiz 2017.
Parece que fue ayer cuando empezamos a pensar en este Camino, y ya está aquí. ¡En fin! cómo corre el tiempo, cómo corre la vida.
Ha sido un periodo de incertidumbres, preocupaciones y temores que, al final, parece que se han ido disipando. Esperemos que el sol nos brille durante todo el Camino.
Podría deciros esto, lo otro o lo de mas allá, pero, a estas alturas de la preparación, todo debería estar a punto. Lo que no se ha hecho ya difícilmente se puede hacer a prisa y corriendo. Es más, intentarlo resultaría contraproducente.
Así que, a relajarnos y a esperar al día D. No nos vaya a dar por hacer tonterías y nos provoquemos una lesión que nos aparte definitivamente del Camino, y eso, la verdad, es lo último que queremos.
Por lo tanto, paseos ligeros sin grandes dificultades para mantener la forma, si la tenemos, repasar la lista de ropas, utensilios y las guías de viaje.
Puestos en el Camino, según la experiencia me indica, ya sea Santiago apóstol, las divinidades celtas, los druidas, las meigas o el "sursum cordam" dan un suplemento de fuerzas y entereza a los peregrinos. Todo es más fácil de lo que desde casa parece, ya lo veréis por vosotros mismos.
Yo, sin ir más lejos, estoy tranquilo. No estoy en la forma que debiera, tengo la espada de Damocles encima de la rodilla y, aun así,considero que mi Camino ya está hecho; tan solo tengo que disfrutar durante doce días de la compañía, de la soledad, del campo, del agua, del barro, del mar, de la montaña, de la comida, de los recuerdos, de los pensamientos, de los que están y de los que no y de todo lo que pase por delante de mis sentidos.
Tan solo me gustaría insistir en la idea de que la disciplina y la fuerza interior es fundamental para realizar cualquier Camino que nos propongamos.
¡Buen Camino!
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