Restan 15 días para que plantemos las botas en el puente fronterizo de Irún, y dé comienzo una nueva aventura de los Ruiz´s.
Este año recibe el bautismo jacobeo un nuevo Ruiz, seguro que terminará soñando con recibir la confirmación en la plaza del Obradoiro, en próximas aventuras.
Ya no queda casi nada por preparar: los billetes de tren comprados, confirmada la lavandería de Gernika, ultimados los detalles de la etapa fantasma.... incluso las credenciales, obtenidas esta misma mañana en la Iglesia de Santiago de Madrid.
Personalmente, estoy como un pura sangre en el cajón de salida, deseando que se abra la portezuela para poder salir al campo, subir cuestas, ver el mar, oler a hierba, oír el silencio, hablar con la hojas, embelesarme con el verdor de los árboles, hablar con la gente y, sobre todo, sentirme vivo y entero.
Han sido unos meses muy difíciles en los que me he dado cuenta de que, en un instante, se pueden torcer las cosas y ya nunca ser iguales. Por suerte, estoy en condiciones de emprender esta aventura y ya pienso en la siguiente. Mientras haya fuerzas y salud hay que disfrutar de la vida, que solo se vive una vez.
En fin, peregrinos, como ya os dije, tranquilidad, sosiego y calma. Ya no queda nada para tener a nuestras piernas como único vehículo de transporte.
Visionad lo bonito de este Camino que vamos a tener el privilegio de disfrutar. Cerrad los ojos y veréis San Sebatián, Zaráuz, Deba, Marquina, Gernika (la etapa fantasma no la veréis), Bilbao, Castro, Laredo, Güemes y Santander. En otras palabras, Cantábrico, montes, playas, acantilados, verde y mas verde, rías, barcas, mar, agua, azul, mucho azul...
Revisad el material, preparad el cuerpo y el alma para llegar al 27 en las mejores condiciones. No olvidéis las memorias de las cámaras, cables de carga y tantas y tantas cosas más.
¡Buen Camino!
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