El Palacio y sus aledaños, en un día soleado de primavera, nos traslada a otros tiempos y a otras formas de vida.
Paseando por los jardines podemos intuir las vidas regaladas a costa del pueblo sometido; los lujos desmedidos a costa del hambre de los indefensos; el sufrimiento y la sangre derramada por los motines y algaradas contra monarcas tiránicos.
Aunque, quizás no sea muy diferente a la situación actual,Otras marionetas y otros guiñoles, pero los mismos argumentos e idénticos desenlaces.
Fotografía: J Ruiz
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