Carles, Carles... Creo que tu estancia en el internado donde cursaste los estudios que realmente cursaste, -de los inventados en tu curriculum no hablo-, afectó seriamente a tu personalidad y a tu posterior desarrollo psíquico e intelectual.
Vamos a ver, Carles, tú siempre has vivido en un cuento. Toda tu vida ha sido una ficción. Te hubiera gustado ser esto o lo otro pero, en definitiva, nunca has sido nada. Tan solo la búsqueda del más tonto de la lista te elevo hacia las cimas inciertas del gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña. ¿No lo ves?
Ahora mismo, Carles, lo único que tienes son tus fantasías y, posiblemente, alguna que otra etiqueta del licor que amorosamente destilan los frailes de Poblet. Lo demás son ensoñaciones de tus mundos fabulados, de los mundos de Puigdemont.
Despierta, hombre, no te das cuenta de que todo el mundo te da la espalda y de que eres un elemento molesto allá donde vas. Esto ya no es como aquella huida juvenil de los años noventa. ¿Te acuerdas? Esto es algo muy serio y debes abordarlo con coherencia.
En Girona, en Cataluña, en el reino de Aragón, en España, en Europa, en el mundo entero, se puede ser cualquier cosa. Se puede ser nacionalista, independentista, capitalista, comunista, fascista, demócrata, dictatorial, islamita, religioso hasta incluso asesino o terrorista, pero todas las etiquetas tienen que ir unidas a la de la coherencia. Y tú no la tienes, ni la etiqueta, ni la coherencia.
Como dicen en mi pueblo, Carles, "No se puede estar en misa y repicando" Vamos a ver. Si tú te consideras el Presidente legítimo del Gobierno de Cataluña y crees firmemente que la declaración de independencia y proclamación de la República Catalana ha sido legitima y, por ende, los que han dado la cara están en la cárcel ilegalmente y tú te encuentras en el exilio, ¿Qué narices haces aceptando el 155? ¿Cómo te presentas a las elecciones del 21D? ¿Cómo entras en el juego de una nación carente de democracia? ¿Cómo confías en el proceso electoral? En fin, Carles, no te parece que hay algo que no encaja.
Sé coherente, continúa en el exilio -como hicieron tus mayores-, mírate en el espejo de Tarradellas. Acaso ¿colaboró él con Franco? ¿Participó en las pantomimas de elecciones franquistas? Yo creo que no. Tarradellas era coherente y estaba convencido de ser portador de la razón y de la verdad.
Carles, posiblemente, en tu mundo, en el mundo de Puigdemont sueñas que tienes razón y que estás cargado de legitimidad pero, Carles, hombre, baja a la realidad. ¡Despierta! Mira lo que eres y lo que estás haciendo a tu pueblo.
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