A un paso de La Latina y el Mercado de la Cebada, Asturias posee una particular embajada. Un restaurante pequeño, humilde y austero. Un espacio apenas alterado por el tiempo que sobresale en su calle gracias a su puerta, acristalada con estructura de color rojo, y por su cocina tradicional y casera.
La Copita Asturiana nace en 1959 en el número 13 de la calle Tabernillas, Pepe y María se hacen con el local de una antigua taberna típicamente madrileña —un despacho de vinos de 1904 que Pepe frecuentaba desde que se instalaron en la capital. María Mayo y Pepe Bueno, llegaron a Madrid desde su Asturias natal para buscarse la vida.
Conservando la fachada original pusieron en pie su negocio. Una sencilla casa de comidas en la que servir aquello que mejor sabían hacer.
Sobre su mostrador de estaño, sus mesas de mármol, ante la presencia de esas estanterías plagadas de las más variopintas botellas de vinos y licores, se produce un desfile de chatos de buenos vinos, suculentas tapas, generosas raciones y, sobre todo, platos asturianos. Cocinados y preparados, a la antigua usanza.
Sin prisa ninguna, todo se hace a fuego lento, poco a poco y con la paciencia única que poseen las gentes vividas en el campo, alejadas de las ciudades.
Callos, lacón o los escabeches que se preparaban en los inicios, cuando el espacio era el lugar de reunión de los vecinos del barrio en busca de una partida de dominó, las recetas que con el tiempo se fueron incorporando a la carta de María. Fabes con almejas, fabada, pote, atún rojo a la plancha, cachopo de ternera, asado de cabrito o cordero lechal.
Con fabes seleccionadas directamente en el campo; embutidos procedentes de Tineo; cecina de León o carnes de las mejores zonas productoras se cocinan las comidas de La Copita Asturiana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario