Se dice que no hay dos sin tres y en este caso efectivamente no podía ser de otra forma. Tenía que existir un tercero para poder terminar de enseñar tanta belleza albergada en un pueblo de callejuelas estrechas, paredes inclinadas, tejados que se saludan dándose las tejas, paredes de mampostería bien cuidadas y lienzos de muralla para no dejar escapar tanta belleza que guarda Albarracín.
Dedicare un post más de la catedral en exclusividad, no podría ser de otra forma.
Fotografía: J Ruiz
No hay comentarios:
Publicar un comentario