sábado, 15 de septiembre de 2018

Leyenda. El acueducto. Segovia

   Acueducto de Segovia

   Cuenta la leyenda que en pasado  los habitantes de Segovia debían traer el agua a mano desde la sierra, teniendo que recorrer unos 15 kilómetros, lo cual,  era un autentico fastidio.

Diablo caballero
  La leyenda sigue contando que un día una niña volvía a su casa desde la sierra, portando un gran cántaro lleno de agua, cuando cansada y harta de aquella tarea exclamo algo como; “Daría cualquier cosa porque el agua llegase sola a las puertas de la ciudad y así no tener que volver nunca a recorrer este  camino”.

  Tras pronunciar estas palabras tan espontáneas, escucho una voz que provenía de entre unos arbustos, y que le preguntaba; “¿De verdad darías cualquier cosa por no tener que llevar el agua a la ciudad?”. Al escuchar esta pregunta la joven se giró sobresaltada ya que no había visto a nadie por el camino, pero allí estaba él, un señor bien vestido, de edad inconfesable, perilla puntiaguda y fino bigote.
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  Tras el susto, la muchacha respondió afirmativamente a la pregunta de aquel caballero, diciendo que estaba dispuesta a dar lo que fuese, pero que ella era pobre y no podía ofrecer nada a cambio. Es desconocido contestó que aunque ella fuese pobre, poseía algo de gran valor: su alma.         En aquel momento la muchacha debió pensar “este está como una chota”, pero decidió seguirle el juego “por si colaba”, además ella no creía mucho en esas cosas y pensaba que el alma no le servía para nada. De esta manera la mucha accedió a cambiar su alma porque él hiciese llegar el agua hasta la ciudad.

Resultado de imagen de imagen escudo de segoviaEl misterioso personaje mostró una sonrisa picaresca que hizo sospechar a la niña, y ella decidió añadir una condición a cambio de su alma, una condición que era imposible de cumplir y que consistía en que el agua debía llegar cerca de su casa antes de que el gallo cantase a la mañana del día siguiente. El caballero aceptó gustoso, y tras estrechar la mano de la joven desapareció.
  La joven emprendió el camino de vuelta a casa extrañada con todo aquello, dudando de que aquel personaje hiciera nada por llevar el agua hasta la ciudad, ella sólo pensaba en contar aquella anécdota absurda a sus amigas.
  Ya entrada la noche, mientras la ciudad dormía, se desató una fuerte tormenta que hizo despertar a la joven. Está se asomó asustada a la ventana, esperando ver a sus vecinos tan asombrados como ella, pero allí no había nadie mirando ni ninguna luz encendida, todos parecían dormir como si nada de aquello estuviera pasando, como si fueran presa de algún encantamiento.

Panoramica del acueducto de segovia
  
    La muchacha pudo ver un resplandor a lo lejos, cerca del camino que llegaba al manantial donde recogía el agua.
Acueducto de Segovia  Salió a la calle y se acerco con sigilo, y escondida trató de ver lo que allí sucedía. Era el extraño caballero de aquella mañana, volaba rápidamente de un lugar y  parecía estar envuelto en llamas, trasportaba grandes bloques de piedra y los iba colocando, con ayuda de unos pequeños seres, formando grandes columnas de roca. ¡La muchacha comprendió entonces que aquel extraño era el Diablo! y que en aquel momento estaba construyendo algo que haría llegar el agua hasta la ciudad de Segovia.
   La joven  al ver que el Diablo estaba a punto de acabar regresó corriendo a casa, encendió una vela y se dirigió con ella al gallinero de sus vecinos. Al acercar la vela a una de sus ventanas, el gallo despertó y, como pensó que estaba amaneciendo, comenzó a cantar con todas sus fuerzas.Acueducto de Segovia
   El Diablo escuchó sorprendido el canto del gallo. Estaba seguro de que aún faltaba mucho para el amanecer, y, por poco, no había terminado el acueducto que había decidido construir. Apenas le faltaba una piedra. Sin embargo, los términos del contrato estaban claros, así que, resignado, se marchó con las manos vacías de vuelta al Infierno.   
  Atrás dejó un magnífico acueducto que cientos de años después aún sigue en pie.

Publicado en: Leyendas

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