jueves, 14 de marzo de 2019

MI NIÑA, NIÑA MÍA /3D/


 Una obra que nos pone ante la realidad pura y dura,  en un intento de parar tanta maldad que nos rodea y de tanta verla y sentirla se hace invisible.


TEATRO ESPAÑOL


MI NIÑA, NIÑA MÍA /3D/

De Amaranta Osorio e Itziar Pascual 

Mi niña niña mía


El horror nos sacude porque se refiere a lo que hoy está pasando, porque sentimos que debemos ayudar, hacer algo, provocar la luz ante tanta oscuridad. Vemos imágenes de niños asustados, desorientados, hambrientos, con humo en la boca, sin zapatos, flotando en los mares, hacinados en trenes, huyendo en caminos, sin nada… y no sabemos qué hacer. 
Asistimos al infierno en la tierra; ese infierno que nos recuerda la obra sobre lo que fueron los campos de concentración nazis, y en concreto, sobre las tinieblas que atravesaron unas mujeres en el campo de Terezin, abusos, violaciones…
El dolor es atroz. Resistir, despertar las conciencias para que la maldad se pare. Se pare de una vez. Esperanza, ilusión, Paz, llámenlo como quieran, seguir en eso, en eso que se llama Amor. Resistir.
En paralelo, sucede la historia de una joven mujer que quiere saber quién es, le duele la oscuridad a la que se ve sumergida, entiende que debe aclararse, alumbrar su vida, encontrarse, quererse.
“Lo infinito limita la maldad” nos dicen las autoras de esta obra. Queremos creer en eso. Poner la luz en eso. Cuantas más luces, menos oscuridad. Un mundo habitado por luciérnagas. Ese es nuestro intento, nuestra necesidad y sentido de montar esta obra.
Una obra que nos habla de mujeres que lucharon ante la perversión, ante el espanto. Mujeres que se ayudaron con gestos pequeños. Gestos que salvaron vidas.
Hoy, el montar esta obra, es ese gesto que entendemos necesario y que ojalá sirva, ayude, aporte luz.

Natalia Menéndez

Una producción del Teatro Español con la colaboración de la Fundación CorpArtes.

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