El desmedido afán por acortar palabras, por la sacarronería semi manchega, por deformar lo impuesto, por el doble sentido, hacen del casticismo madrileño, una forma de vivir.
¡Anda!
“El tonto del bote”
El tonto del bote, es una persona concreta. Su nombre era Julián y vivió en el Madrid de mediados del Siglo XIX.
El pobre Julian se ponía en la puerta de San Antonio del Prado a pedir limosna con un bote de suela en la mano, el cual acompañaba de un sonido gutural con el que atraer la caridad de sus compasivos donantes.
Así lo relató Dionisio Chaulié en si libro «Cosas de Madrid» (tomo I. «Memorias íntimas». Madrid, 1886)
“Eso no me lo dices en Cuatro Caminos”
“Madrid nueve meses de invierno y tres de infierno”.
“Ponerle una vela a San Antonio”
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El quinto pino.
Su origen venía de la comparación de dos bebidas, la Chicha que es de origen prehispánico y es una bebida alcohólica de sabor fuerte muy consumida en Centroamérica, y la limoná que es una bebida refrescante a base de vino blanco, fruta y azúcar, mucho más suave y muy típica en las verbenas madrileñas.
“Tener más cojones que el caballo del Espartero”
Expresión que se utiliza para referirse al valor de una persona y que se refiere literalmente a los atributos del caballo que monta el Principe de Vergara en la estatua que tiene en la esquina de Alcalá con O´Donnell de Madrid.
“Dabuti”
Esta palabra y su versión castiza Dabuten, proviene de la celebración de subida al trono de Amadeo de Saboya. Durante la misma el rey dio orden de que se sirviera su vino preferido el cuál provenía de una bodega italiana de nombre “Da Butti”. El jefe de cocina se armó de valor para indicarle al rey que no era posible servir aquel vino ya que ni él ni ninguna otra persona de palacio conocían este vino. El rey alzó su copa y con un fuerte acento italiano dijo a sus invitados.
“Quiero agradeceros a todos haber venido aquí esta noche para celebrar conmigo el comienzo de una nueva era en España, la de la casa de Saboya. Quiero que sepáis que aunque esta no sea mi ciudad, me lo parece, que aunque no seáis la familia con la que me crié, me lo parecéis, y que este vino, aunque no lo sea, a mí me parece Da Butti“.
Por eso desde entonces se entiende que algo dabuti o dabuten es algo de primera calidad.
Hay otra versión de esta expresión que indica que dabuten proviene del Guten alemán, que significa bueno.
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