Adela recibió clases de dibujo en la Fundación González Allende, institución afín a la Institución Libre de Enseñanza, publicando sus primeras ilustraciones en El Noticiero de Toro. En 1925 su `padre la envió a Madrid al colegio «San Luis de los franceses» para que estudiase francés, taquigrafía y corte y confección.

Con el tiempo llegó a reconocer que de francés no aprendió nada pero que logró entrar en la Academia de San Fernando. Allí entabló amistad con Maruja Mallo, Remedios Varo y “Pitti” Bartolozzi, que la retrató así:
“Delhy, mujer guapa, era un tanto extravagante; la que más llamaba la atención por sus atuendos, confeccionados por ella misma, se pintaba las uñas de negro, y se cubría con una capa negra, lo cual unido a su pelo negro le daba un aspecto misterioso, fumaba en boquillas largas y cambió su nombre de Adela por Delhy, influida por cierto exotismo de la época y queriendo renunciar así a un pasado tradicional que la asfixiaba.”


Delhy buscó el conocimiento artístico de las vanguardias, el contacto con otras personas y otras perspectivas desde las que mirar el mundo. Ello la llevó a viajar tanto dentro como fuera de las fronteras españolas. En 1934 pintó el cuadro "Mercado Zamorano",10 obra que presentó en la Exposición Nacional dedicada al traje regional y que recibió excelentes críticas. Ese mismo año obtuvo una beca de la Junta para Ampliación de Estudios y marchó a París a estudiar pintura mural.
En 1936 pasó las vacaciones en Marruecos, debiendo prolongar su estancia hasta septiembre a causa del estallido de la guerra civil. Delhy consiguió volver, pero ante la imposibilidad de llegar a Madrid para seguir impartiendo sus clases, se quedó en Toro en donde fue profesora de dibujo en el Instituto. En 1937 le encargaron realizar murales para comedores infantiles de Salamanca y para el hotel Condestable de Burgos. Cuanto terminó los murales que le habían encargado, solicitó el visado especial para viajar a Florencia donde permanecería dos años. En 1938 regresó a París donde tuvo un acercamiento al surrealismo, en especial con Óscar Domínguez y André Breton. Hizo un curso de pintura en la Universidad de la Sorbona, y un curso de teosofismo. Participó en la muestra "Le rêve dans l’art et la littérature" junto a Miró, Domínguez, Man Ray, Chagall, y otros.
En agosto de 1939 regresó a España. Instaló su vivienda-estudio en el edificio de La Prensa, en la plaza del Callao, en Madrid. Pintó los techos del cine instalado en los bajos del inmueble. Delhy Tejero se enfrentó a un expediente de depuración profesional por haber abandonado las clases durante los años de la Guerra. Aunque consiguió demostrar la imposibilidad de hacerlo al estar ausente de España, el Ministerio de Educación zanjó la cuestión suprimiendo la cátedra de Pintura Mural.
A partir de 1951 se produce el renacer de su propia experiencia de las vanguardias hacia la abstracción. En 1953 participó en la primera exposición de arte abstracto en Santander. Fue la única mujer que expuso. La siguiente exposición fue colectiva, en La Habana, en 1954. Y la última, individual, en las salas de la Dirección de Bellas artes. En 1959 sufrió un infarto de miocardio. Durante los años posteriores, hizo murales por encargo. Un viaje a París la llevó a considerar que el surrealismo había muerto. Agravada su enfermedad, aún siguió pintando y haciendo ilustraciones hasta que el 10 de octubre de 1968 falleció en Madrid, a causa de una angina de pecho.

En 1943 fue galardonada en la Exposición Nacional con la tercera medalla en la sección pintura. Este mismo año falleció su padre. A través de los círculos del padre César Vaca que apoyaba el cristianismo en Teilhard de Chardin y en contacto con aristócratas como Lilí Álvarez, Delhy Tejero entró en lo que ella llamó su «segundo misticismo», etapa durante la cual su obra perdió el carácter renovador, si bien todo el conocimiento adquirido estaba latente. En esta etapa destruyó las obras creadas en París.
En 1947, después de la exposición colectiva de pintura que organizó el gobierno español en Buenos Aires, abandonó de forma progresiva la linea mística. A su obra volvieron las figuras, pero fusionadas. En 1948 ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Zamora con su proyecto de mural El amanecer jurídico zamorano.

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