El protector de los pies o su carcelero, depende del momento y la situación, va unido íntimamente a la vida del ser humano.
Ni amor forzado, ni zapato apretado.
Poco cama, poco plato y mucha suela de zapato.
Siempre hay un zapato roto para un pie podrido.
Zapatero a tus zapatos.
Zapatero amigo, las suelas quemadas y el hilo podrido.
Zapatero en su banquilla, rey de Castilla.
Zapatero remendón, en el nombre lleva el don.
Zapateros y sastres que no fueran embusteros, ni zapateros, ni sastres serian.
Zapatero remendón suela vieja y almidón.
Zapatillas o zapatos son para algunos el mejor plato.
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