Leyendas y lugares. El sepulcro de Prisciliano. Astorga, Santiago y Santa Eulalia de Bóveda

  Astorga (Asturica Augusta) fue un enclave de mucha importancia ya que en tiempos de los romanos era punto de unión entre las rutas del norte y la ruta de la Plata o del sur que venía desde Andalucía.
   Allí se entrecruzaban las vías romanas más importantes y por esas vías transportaban el oro que sacaban de los cercanos yacimientos de Las Médulas y de la comarca de la Maragatería.

  En tiempos de las peregrinaciones esta era la última ciudad importante antes de atravesar los duros Montes de León y la Maragatería. Pero también se cree que en Astorga o cerca de ella podría hallarse la tumba del hereje Prisciliano.

  Fue condenado a muerte por hereje en el siglo III. Varios años después, algunos discípulos suyos recuperaron su cuerpo y lo llevaron en peregrinación a su tierra en la provincia romana de Gallaecia. El camino que siguieron fue el mismo que siglos después seguiría la ruta Jacobea.
    Dicen que el cuerpo realizó muchos milagros por el camino, como resucitar muertos, curar enfermedades… y que estos milagros no fueron reconocidos por la iglesia porque se trataba de un hereje. Durante siglos los fieles de Prisciliano y sus milagros acudieron a rezar ante su tumba.

La tradición establece tres posibles enclaves de su tumba:

·         El principal en Iria Flavia donde la iglesia asegura se encontraba el Apóstol Santiago, luego cabe la posibilidad de que ese sepulcro fuera el de Prisciliano y no el de Santiago.

·         En la cripta de la iglesia de Santa Eulalia, en Bóveda, cercana a Lugo.

·         En la inmediaciones de Astorga donde las doctrinas de Prisciliano eran muy populares.