Etapa corta, cargada de gran belleza y tradición. Esta etapa como todas que en principio son fáciles, debemos afrontarlas con la misma determinación de las etapas largas y duras, de no ser así puede que se nos atragante.
¡Buen Camino!
¡Buen Camino!
Calle empedrada, iglesia de Santiago, el puente románico, paisajes de cereal y viñedos, una senda cargada de peregrinos que avanza hacia un pueblo medieval, una calzada romana, un río de agua salada y un santo benefactor. Todo esto nos espera durante 22 km,
Km 0. Puente de la Reina.
Despertamos del sueño por la calle del Crucifijo, pasando bajo el arco que une la iglesia con el convento sanjuanista, y cruzamos la nacional para entrar en la calle Mayor. A la derecha se alza la iglesia de Santiago con su rica portada de principios del siglo XIII. Al final de la calle, el monumental puente románico sobre el Arga. Enseguida el cambio nos lleva a afrontar una dura cuesta bajo una mancha de pinar repoblado que muere junto a la A-12
Km 5,2. Mañeru
Pueblo de vino, Mañeru se atraviesa por su parte más sureña y se abandona por la calle Forzosa. A la salida vemos aparecer en el horizonte una de las postales del Camino. Lo tiene todo: una senda rodeada de cereal y viñedos, transitada por peregrinos, que avanza hacia un pueblo de traza medieval situado sobre una colina. La localidad en cuestión es Cirauqui y para llegar hasta el centro hay que sudar de lo lindo por su entramado de calles empinadas. Por una de las puertas de la antigua muralla se accede a las calles Santa Catalina y Portal y al Ayuntamiento. A un lado de la ruta, tras unas escaleras a mano derecha, está San Román, iglesia de característica portada románica y reminiscencias árabes.
Km 7,8. Cirauqui
Penetramos en el Ayuntamiento por uno de sus arcos, donde suelen dejar un sello para marcar la credencial, y descendemos hasta las afueras del pueblo para pisar un retazo del pasado. Se trata de un tramo de calzada romana y un puente de la misma época, transformado en el siglo XVIII, que cruza las aguas de la regata de Iguste.
Dorrondoa (Km 9,4).
Dos kilómetros más adelante nos presentamos en una carretera local, pasamos bajo el viaducto del canal de Alloz, construido en 1939, y acabamos en la orilla del río Salado. El Codex Calixtinus del siglo XII se despacha con saña: “por el lugar llamado Lorca, por la zona oriental, discurre el río llamado Salado: ¡cuidado con beber en él, ni tú ni tu caballo, pues es un río mortífero!”
Km 13,3. Lorca
A la entrada nos recibe el prominente ábside de la iglesia de San Salvador. La calle Mayor nos guía de punta a punta y a las afueras nuestro itinerario coincide un trecho con el de un sendero local que se dirige a la cruz de Maurien.
Km 17,8. Villatuerta
Por la rúa Nueva, junto a la casa consistorial, subimos hasta la plaza donde se encuentra la iglesia gótica de la Anunciación, con porte de catedral.
Km 22. Estella.
Despertamos del sueño por la calle del Crucifijo, pasando bajo el arco que une la iglesia con el convento sanjuanista, y cruzamos la nacional para entrar en la calle Mayor. A la derecha se alza la iglesia de Santiago con su rica portada de principios del siglo XIII. Al final de la calle, el monumental puente románico sobre el Arga. Enseguida el cambio nos lleva a afrontar una dura cuesta bajo una mancha de pinar repoblado que muere junto a la A-12
Km 5,2. Mañeru
Pueblo de vino, Mañeru se atraviesa por su parte más sureña y se abandona por la calle Forzosa. A la salida vemos aparecer en el horizonte una de las postales del Camino. Lo tiene todo: una senda rodeada de cereal y viñedos, transitada por peregrinos, que avanza hacia un pueblo de traza medieval situado sobre una colina. La localidad en cuestión es Cirauqui y para llegar hasta el centro hay que sudar de lo lindo por su entramado de calles empinadas. Por una de las puertas de la antigua muralla se accede a las calles Santa Catalina y Portal y al Ayuntamiento. A un lado de la ruta, tras unas escaleras a mano derecha, está San Román, iglesia de característica portada románica y reminiscencias árabes.
Km 7,8. Cirauqui
Penetramos en el Ayuntamiento por uno de sus arcos, donde suelen dejar un sello para marcar la credencial, y descendemos hasta las afueras del pueblo para pisar un retazo del pasado. Se trata de un tramo de calzada romana y un puente de la misma época, transformado en el siglo XVIII, que cruza las aguas de la regata de Iguste.
Dorrondoa (Km 9,4).
Dos kilómetros más adelante nos presentamos en una carretera local, pasamos bajo el viaducto del canal de Alloz, construido en 1939, y acabamos en la orilla del río Salado. El Codex Calixtinus del siglo XII se despacha con saña: “por el lugar llamado Lorca, por la zona oriental, discurre el río llamado Salado: ¡cuidado con beber en él, ni tú ni tu caballo, pues es un río mortífero!”
Km 13,3. Lorca
A la entrada nos recibe el prominente ábside de la iglesia de San Salvador. La calle Mayor nos guía de punta a punta y a las afueras nuestro itinerario coincide un trecho con el de un sendero local que se dirige a la cruz de Maurien.
Km 17,8. Villatuerta
Por la rúa Nueva, junto a la casa consistorial, subimos hasta la plaza donde se encuentra la iglesia gótica de la Anunciación, con porte de catedral.
Km 22. Estella.
Difucultades:
El trazado cuenta con numerosos toboganes pero no tiene un desnivel acusado, ya que oscila entre los 340 metros a orillas del Arga y los 495 a la salida de Lorca. Como repechos importantes se pueden destacar los que acceden a Mañeru, Cirauqui y Lorca.
Que ver:
MAÑERU:
Iglesia parroquial de San Pedro.
CIRAUQUI:
Iglesia de San Román.
VILLATUERTA:
Iglesia parroquial de la Anunciación:
ESTELLA:
En el año 1090 una decisión política del rey Sancho Ramírez (1076-1094) convierte a Estella en una ciudad del Camino de Santiago. A pesar de que la ruta Jacobea no se detenía a orillas del Ega, Sancho Ramírez logra que así sea al otorgar a la nueva Estella (un poblado conocido anteriormente por Lizarra) el fuero, unas normas legales ventajosas sobre todo para los pobladores francos, principales motores del crecimiento económico de las ciudades. Los francos, libres y generalmente dedicados al comercio y la artesanía, fueron expandiéndose por Estella formando nuevos burgos o barrios, como el de San Miguel. En el siglo XII, el auge del Camino y las influencias artísticas europeas que bajaban por él propician una buena etapa constructiva, con ejemplos como el de:
San Pedro de la Rúa:
Iglesia románica del siglo XII. Su portada principal, la septentrional, presenta diez arcos lobulados de influencia árabe y rica ornamentación. El claustro aún conserva dos alas construidas hacia el año 1170. Por desgracia, las otras dos se vinieron abajo con la demolición del castillo de Zalatambor, ordenada por Felipe II en 1572.
Palacio de los reyes de Navarra:
Situado frente a la iglesia de San Pedro. El peregrino pasa junto a este palacio, que tiene una fachada compuesta por una galería de arcos de medio punto y cuatro ventanas de arquillos. En una de las columnas está el famoso capitel del combate entre Roldán y el gigante Ferragut. De residencia de la corona de Navarra ha pasado a albergar el Museo Gustavo de Maeztu, que reúne la obra de este pintor y organiza exposiciones temporales.
A la entrada del Camino por Estella, en la calle de Curtidores, se puede ver la iglesia del Santo Sepulcro, del románico tardío y el gótico y parroquia hasta el año 1881.
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