Ana de Arellano y Navarra, más conocida como Sor Ana de la Trinidad. Hija de Juan de Arellano y de Juana de Ureta, señores de Alcanadre, Ausejo y Murillo de Río Leza, fue bautizada el día 29 de julio de 1577.
Culminó, como seglar su formación espiritual y humana en el Real Monasterio de Santa María de Herce, cisterciense de monjas bernardas, donde sintió la llamada al Carmelo. Sin embargo, sus padres se opusieron a su deseo de ingresar en la orden carmelitana y por ello, después de diversos enfrentamientos, decidió huir, en la noche del uno de agosto de 1601, al convento de Calahorra. En dicha huida resultó interceptada por el conde de Aguilar, Ramírez de Arellano, familiar suyo, que la encarceló junto a varios de sus colaboradores en Santo Domingo de la Calzada. Ese mismo año, sus padres acabaron cediendo y pudo ingresar en el Carmelo de Calahorra a los 24 años.
De delicada salud, Ana murió a los 36 años en su celda carmelita de Calahorra, habiendo encargado a una compañera suya que quemara todos sus escritos.
Afortunadamente, su antigua Superiora, Cecilia del Nacimiento, había llevó consigo a Valladolid 18 sonetos que la propia Ana le había entregado al despedirse en un cuadernillo de bolsillo y uno más que había conservado entre sus papeles.
Soneto nº 17 |
En su obra destaca el empleo del soneto, lo que supone un hito en la literatura mística española pues ni Santa Teresa de Jesús ni San Juan de la Cruz recurrieron tanto a esta forma compositiva prefiriendo otras más fáciles de cantar, como la lira. Así, sor Ana parece retomar la tradición petrarquista. Pulcritud, expresividad, sensibilidad, sensualismo, dulzura caracterizan su poesía.
El cuadernillo original de sor Ana pertenece hoy día a D. José María Cáraves en el pueblecito santanderino de Soto de la Marina.
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