jueves, 19 de marzo de 2020

Leyendas y lugares. El herrero de Catrelos


Resultado de imagen de el herrero de castrelos   Cuenta la leyenda que en el pequeño pueblo de Castrelos. Hace mucho tiempo, vivía un herrero.


  Había vivido siempre pendiente de su trabajo, y nunca tuvo otra preocupación; no se había casado y ni tan siquiera se había fijado en ninguna mujer. Pero como caprichoso es el destino, un buen día vio a una bellísima muchacha pasar por delante de su forja, de la que quedo completamente enamorado.

Resultado de imagen de princesa medieval personaje   Él era ya un viejo, con blancas canas, arrugado por el paso de la edad… pero no se dio por vencido, el insistentemente intentaba cortejar sin éxito a la bella joven.
  Incluso llegó a regalarle una carísima joya con el dinero que llevaba ahorrando durante toda su vida, no por este tipo de regalos o insistencias la bella joven se dejaba conquistar. Ella lo rechazó en múltiples ocasiones, pero el herrero seguía insistiendo.
   Hasta que un día, el herrero no pudo más y rapto a la joven. Ella le lloró y suplicó que la permitiera asistir a misa todos los domingos, puesto que era muy devota. El herrero, enamorado perdido de la bella joven e incapaz de negarle nada, accedió.
Resultado de imagen de iglesia de castrelos vigo   Así fue transcurriendo el tiempo, el herrero trabajaba duramente para poder mantener a su enamorada como una princesa. Y ella a cambió solo pedía ir a rezar a la iglesia del pueblo los domingos.
   Un domingo, mientras el herrero estaba en uno de sus descansos en la forja, se le apareció una meiga, encapuchada con viejas ropas, sucia y con unas pintas aterradoras. Esta le advirtió, diciéndole que pronto moriría y que su novia encontraría a alguien a quien amar de verdad y se casaría con él.
Resultado de imagen de iglesia de castrelos   El herrero furioso, lleno de celos e ira, cogió un hierro incandescente para deformar la cara de la muchacha que en aquel mismo momento se encontraba en la iglesia rezando. El herrero se acercó a la iglesia, pero Dios defendió a la joven de aquel miserable hombre, cuando el herrero se dispuso a entrar en la iglesia, Dios tapió la entrada sur con un muro de piedras evitando así que el herrero pudiese hacerle daño a la joven.
    Hoy en día se conserva la iglesia con dicha puerta tapiada.

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