Si sales a la calle en la franja de paseo-ejercicio sirves de pivote a corredores o ciclistas sin mascarillas, que se les puede oír el sonido de sus labios flácidos al expulsar el aire de forma violenta.
Tendrás que ir salvando terrazas elásticas, que tiene las mismas mesas de siempre en más acera pública o terrazas tipo "tripa de Jorge", que se estiran y se encojen, a gusto o petición.
Para terminar rodeado por catervas de individuos sin embozar que te rozan por delante, por detrás, por la izquierda o por la derecha.
El denominador común a todas estas situaciones son los jóvenes sin mascarillas que con la falsa creencia de que no se pueden infectarse ellos, realizan una practica de egoísmo de manual, al no pensar en sus padres o abuelos en cuyas casas les dan albergue y viandas.
Por todo esto clamo en el desierto pidiendo COHESIÓN social, para que todos los miembros de la comunidad caminemos unidos y en la misma dirección protegiéndonos los unos a los otros, sin distinción de edad, sexo, religión o ideas políticas.
¡ÁNIMO! ¡COHESIÓN!
Fotografía: J Ruiz
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