sábado, 30 de mayo de 2020

Pensamientos de Demócrito II Entrega

  Demócrito desarrolló la «teoría atómica del universo», concebida por su mentor, el filósofo Leucipo.

 Esta teoría, al igual que todas las teorías filosóficas griegas, no apoya sus postulados mediante experimentos, sino que se explica mediante razonamientos lógicos.

 Defiende que toda la materia no es más que una mezcla de elementos originarios que poseen las características de inmutabilidad y eternidad, concebidos como entidades infinitamente pequeñas y, por tanto, imperceptibles para los sentidos, a las que Demócrito llamó átomo (ἄτομο), que son dos palabras griegas que significan ἄ (a)=sin | τομο (tomo)=división, «indivisible», o «sin división».​

La teoría atomista de Demócrito y Leucipo se puede esquematizar así:

   Los átomos son eternos, indivisibles, homogéneos, indestructibles, e invisibles.

       Los átomos se diferencian solo en forma y tamaño, pero no por cualidades internas.

    Las propiedades de la materia varían según el agrupamiento de los átomos.

Los jóvenes son como las plantas: por los primeros frutos se ve lo que podemos esperar para el porvenir.

Quien procede injustamente es más desgraciado que la víctima de su injusticia.

Las riquezas no consisten tanto en la posesión de los bienes como en el uso que de ellos se hace.

Luchar contra el deseo es duro, pero vencerlo es propio de un hombre sensato.

La medicina sana las enfermedades del cuerpo, más la sabiduría libera al alma de padecimientos.

Es arrogancia hablar de todo y no querer oír nada.

Salud piden los hombres a los dioses en sus oraciones, pero no se percatan de que tienen en sí mismos control sobre ella y en que, como hacen por su desenfreno lo contrario de lo debido, se convierten en traidores de su salud por sus propios apetitos.

Nada existe excepto átomos y espacio vacío; todo lo demás son opiniones.

La crianza de los hijos es asunto resbaladizo; se consigue un éxito plagado de disputas y desvelos o un fracaso que no es superable por ningún otro dolor.

Discreto es quien no se aflige por lo que no tiene, sino que se alegra por lo que tiene.


La amistad de un hombre sabio es mejor que la de todos los tontos.


Quien se halla enteramente dominado por la riqueza nunca podría ser justo.

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