La sabiduría de nuestros mayores, guardada en la gran enciclopedia, que es es el refranero, es casi inagotable.
De la bodega el añejo, del abogado el consejo.
De limpios y tragones están llenos los panteones.
Despacio se anda lejos.
Después de la tormenta viene la calma.
Detrás de una vieja capa se encuentra un buen torero.
Dicen que las paredes tienen oídos y los zapatos lengua.
Dime con quién te juntas y te diré quién eres.
Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Dios aprieta pero no ahorca.
Dios le da pan a quien no tiene dientes.
Dios los cría y ellos se juntan.
Dios nos pille confesados.
Donde cae, muere.
Donde fueres haz lo que vieres
Donde menos se piensa salta la liebre
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