Etapa plácida, agradable y corta; el único escollo es la subida que desde el hotel Canero nos coloca a la altura de la A-8; son 140 metros de desnivel en 1,6 km. En el tramo final la llegada a Luarca nos regala unas bellas estampas de la pintoresca población y del pequeño puerto
Distancia:
15,6 km
Duración:
Duración:
4 horas
Dificultad:
2/5
2/5
Paisaje/Naturaleza:
3/5
3/5
Km. 0 Cadavedo
Km 1,4 Villademoros
Km. 5,0 Querúas
Km. 6,3 Canero
Hotel Canero, con bar-restaurante. Detrás del hotel arranca en fuerte subida un sendero que, después de cruzar la N-634, nos coloca a la altura de la autovía.
Km. 12,2 Barcia
Km. 15,3 Luarca
Atención:
Etapa de escaso kilometraje, con un único repecho a destacar: la corta, pero fuerte, subida a la salida del hotel Canero, en la que ganamos 140 metros de desnivel en 1,6 km.
Luarca
Hasta 2017 el itinerario oficial llegaba hasta la ermita de la Virgen de la Blanca, emplazada en La Atalaya (con vistas extraordinarias), y al lado del singular cementerio de la localidad; ahora la bajada es por la calle de la Carril, más directa, también con buenas vistas, pero nos gustaba más el anterior.
Queruás
Hay algún bar-restaurante, aunque no siempre abierto.
Canero
Pasamos por el hotel y bar-restaurante Canero, que ofrece buen menú y amable trato a los peregrinos.
Si nos acercamos al mar, dependiendo de la epoca del año, es posible que en la desembocadura del rio podamos observar zancudas en migración.
Luarca
Si hemos bajado por el camino oficial, merece la pena, después del descanso, pasear hasta el final del puerto, subir al cementerio (donde reposa el científico Severo Ochoa, hijo de la localidad), considerado como uno de los más bonitos de España, y a la ermita de la Virgen de la Blanca o hasta el faro, en La Atalaya, un extraordinario mirador sobre los acantilados.
De esta bella localidad marinera cabe también destacar su pequeño y precioso puerto pesquero, donde podemos visitar la lonja donde se subasta cada día el pescado. Y también reseñar, en el centro, la iglesia parroquial de Santa Eulalia, de finales del siglo XIX.
Destaca por la sopa de pixín, el congrio o las calderetas. Aunque como en toda Asturias no se puede olvidar el potaje o la fabada.
Otras elaboraciones típicas de toda la región asturiana son el solomillo al cabrales o los ya mencionados cachopos.
Imagenes:
de Cadavedo
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