jueves, 23 de diciembre de 2021

Viajes y viajeros. Acueducto de los Milagros - Mérida

 

 Tan solo por el acueducto de los Milagros y su entorno, merece  la pena un viaje a Mérida. Si ya hablamos de la riqueza arqueológica de la ciudad, es para quedarse un mes. 

   El Acueducto de los Milagros fue uno de los tres acueductos que suministraban agua a la ciudad. Captaba el agua  del embalse de Proserpina a cinco kilómetros de la antigua ciudad. Tradicionalmente se ha datado su origen en la ciudad de Emérita Augusta, capital de la provincia Lusitania en el Imperio Romano en el siglo I.  

   La mayor parte del transporte del agua discurría por conducciones hechas en piedra viva y es el último tramo el más´llamtivo y el que nos ocupa.  Se compone de arcos superpuestos de una longitud de 830 metros, con una altura de 25 metros en la parte más profunda del valle del río Albarregas. La estructura de dicho tramo es característica de Mérida. Se compone de robustos pilares, en los que alternan cinco hiladas de sillares de granito con una hilada de ladrillo, otorgando así una peculiar elegancia con la mezcla de los dos colores, el del granito y el rojo intenso del ladrillo. Arcos a diferentes alturas van enlazando los pilares, cuyo núcleo es de opus caementicium. Los arcos de enlace son de ladrillo, salvo el que salva el cauce del río, que tiene las dovelas de granito muy bien trabajadas. Son todavía 73 los pilares que han permanecido más o menos deteriorados.








Fotografía: J Ruiz

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