sábado, 11 de diciembre de 2021

Viajes y viajeros. Castrotorafe ciudad medieval dormida.

   En el 2018 realizando el Camino Sanabres hacia Santiago, pasé cerca de Castrotorafe y prometí volver para comprobar por mi mismo como una ciudad medieval puede llegar a desaparecer con el paso del tiempo, ahora en 2021 he vuelto.  

  Castrotorafe es un despoblado en plena Tierra del Pan, dentro de la provincia de Zamora. En realidad pertenece al municipio de San Cebrián de Castro. 

  Aun se vislumbran la cerca, el castillo y la iglesia.  Es Monumento nacional por decreto de 3 de junio de 1931 y figura como Bien de interés cultural en la categoría de Zona Arqueológica.

  Sus orígenes, quizás se encuentren en la casa romana de Vico Aquario, situada en la Vía de la Plata. Sin embargo, Castrotorafe no aparece mencionada hasta 1129, cuando Alfonso VII de León y su mujer Berenguela de Barcelona le conceden el fuero de Zamora y delimitan su alfoz. Con la independencia de Portugal en 1143, su importancia como emplazamiento estratégico aumentó, y es posible que la población apoyase a los separatistas lusos por lo que el monarca mandó derruir sus murallas y separar parte de Castrotorafe en favor de Moreruela.​

   Después de la separación de los reinos de León y de Castilla en 1157, la población creció en importancia y Fernando II de León cambió de actitud y potenció la villa.​ En 1176 la Orden de Santiago, fundada un año antes, recibió Castrotorafe de manos del rey (villam dictam Castro Toraf per terminus novinssimos et antiquos), y en 1178 otorgó fuero a la villa. Años después, Urraca de Portugal, viuda del monarca, concedió la mitad del portazgo por el paso de su puente sobre el río Esla a la Catedral de Zamora para las obras del claustro.​

   Desde 1230, con la unión definitiva de las coronas de León y Castilla, la villa fue perdiendo parte de su importancia hasta que a finales del siglo XIII se vio envuelta en las disputas relacionadas con la sucesión de Sancho IV de Castilla. Uno de los hechos más destacados fue la sublevación del infante Don Juan, hijo de Alfonso X el Sabio, que se proclamó rey independiente de León en 1296.

   Posiblemente a él se debe la construcción del castillo en una fecha anterior a 1319, puesto que para entonces ya aparece mencionado en el testamento del Infante. Poco después, la villa vuelve a manos de la Orden de Santiago, y en 1333 Alfonso XI autorizó a Vasco Rodríguez a que eligiera cinco judíos para que fuesen a habitar Castrotorafe.​ En 1351, el rey Pedro I el Cruel pide a la Orden santiaguista que entregue la villa a Juan de Albuquerque pero este, al perder la confianza del monarca, se refugia en ella para más tarde huir a Portugal.

  La villa recuperó su protagonismo durante la Guerra de Sucesión Castellana, la cual enfrentó a Isabel la Católica y Juana la Beltraneja, siendo tomada la villa y cercado el castillo en 1475 por Alfonso V de Portugal, tal y como narran las crónicas, si bien este monarca tuvo que renunciar ante la llegada de Fernando II de Aragón a Zamora. Al año siguiente, los Reyes Católicos cercaron Zamora y llegaron a un acuerdo secreto con su alcalde, Alfonso de Valencia, quien recibiría la alcaldía de Castrotorafe. Este llevó a cabo obras en el castillo y pretendió obligar en dicha tarea a vecinos de la aldea de Pajares, lo que provocó su revuelta, fallando los Reyes Católicos a favor de los mismos en 1481. Un año antes, los Reyes hicieron saber al alcalde que debía entregar la villa a Alfonso Enríquez, conde de Alba de Aliste. Desde entonces la villa pasó a un segundo plano, y ya en 1688 se decía lo siguiente:

"En quanto a la villa de Castrotorafe esta arrasada y sin habitacion alguna sino es la iglesia y esta necesita de muchos reparos y la cerca de dicha villa esta toda aportillada y caída y el castillo y fuerte en quanto a la canteria esta bueno pero la bivienda del palacio que avia en el toda esta arrasada e inabitable y se tiene noticia que en tiempo que fue comendador el señor conde de Benavente dicho palacio se avitaba y en dicho castillo avia armas y tiros y al presente no ay cosa alguna".

  El castillo está emplazado en la esquina noroeste de la villa, está constituido por dos recintos en forma de trapecio irregular. El recinto exterior es de mampostería con cubos en los ángulos, dos de los cuales aparecen reformados para la instalación de artillería. En sus muros se abrían dos puertas, una para acceder a la villa y otra para acceder al puente. En cuanto al recinto interior, su planta es parecida a la del exterior, con dos torres en el lienzo sur, obra en sillarejo, más cuidada que el resto de los muros. El espacio interior está completamente arruinado.

  

 La villa ocupaba  4709 m², se hallaba protegida por una cerca de piedra. Esta tenía un perímetro de más de un kilómetro y se extendía de manera irregular contando con el castillo en su esquina noroeste. Tan solo se conservan en ruinas algunos de sus lienzos.





Fotografias: J Ruiz

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