lunes, 10 de enero de 2022

Historia, secretos y algo más de Madrid. Los viajes de agua.


  Desde finales del siglo XVI hasta que el Canal de Isabel II inaugura la traída de aguas del río Lozoya en 1858,  la villa se abastecía de agua potable mediante los viajes de agua.

     Un sistema de captación y distribución de agua a través de una gran red de galerías subterráneas.

    Cuando la Corte se traslada de Valladolid a Madrid, es precisamente cuando se recuperó el sistema de qanats utilizado en época árabe y se empezaron a construir nuevos y extensos ramales.     Las zonas de captación de agua se localizaron en el sector norte y nordeste de Madrid, entre los caminos de Fuencarral y el de Alcalá, en las cercanías de los pueblos de Fuencarral, Chamartín, Canillas y Canillejas. Estas zonas se encuentran a una mayor altitud que la Villa, permitiendo que el agua discurriera hasta el centro de la ciudad gracias a los desniveles propios de la topografía madrileña.

La técnica constructiva de los viajes de agua se basaba en la excavación de minas verticales para la captación del agua acumulada en el nivel freático, y galerías de conducción y distribución, a través de los niveles arenosos del subsuelo. Estas minas quedaban sin vestir dependiendo de su compactación, aunque en la mayoría de casos se acabaron revistiendo con muros y bóveda de cañón, construidos con ladrillo macizo y mortero de cal. Las galerías acumulaban un descenso en pendiente del 1% para facilitar el curso del agua. Al interior, sus dimensiones eran lo bastante amplias como para permitir el tránsito humano. El acceso a las galerías para su mantenimiento y/o inspección se realizaba normalmente a través de los pozos de registro localizados cada 10-50 metros, originalmente utilizados para la extracción de arenas durante su construcción, y que posteriormente también sirven para la ventilación de las galerías.
 El suministro de agua a Madrid estaba dividido por distritos. Cada uno tenía asignado un número de fuentes, caños, aguadores y una dotación económica específica para su mantenimiento.

  Durante los siglos XVII al XIX, coexistieron decenas de viajes de agua. Los principales fueron: Alcubilla, Abroñigal Alto, Abroñigal Bajo y Fuente Castellana (de uso público) y el Viaje de agua de Amaniel, este último destinado a abastecer al Palacio Real.


No hay comentarios:

Publicar un comentario