martes, 15 de febrero de 2022

El Palacio de los Vargas

     

El palacio fue edificado en 1519,​ por encargo de don Francisco de Vargas y Medina. Es probable que su autor fuera Antonio de Madrid,​ un alarife y carpintero conocido como Maestre Antonio, que trabajó en el Real Alcázar y en Santo Domingo el Real, edificios desaparecidos desgraciadamente.

  En el palacio pasó algunas temporadas el emperador Carlos I, invitado por los Vargas, y en él pudo estar confinado el rey Francisco I de Francia durante su cautiverio en Madrid (1525-1526). A su vuelta a París, el monarca francés ordenó construir una residencia en el Bois de Boulogne, probablemente inspirada en los modelos arquitectónicos de la Casa de Campo madrileña, que terminaría siendo conocida como el Castillo de Madrid.​ 

En 1552, Felipe II comenzó un proceso de anexiones territoriales en torno al palacio, que se completó en 1562 con la compra del edificio a Fadrique de Vargas, nieto de Francisco de Vargas, y que culminó posteriormente con la constitución del Real Sitio. Aunque el rey apenas intervino sobre la residencia, sí que ordenó modificar su entorno más inmediato, con la creación de jardines, grutas de ornato y estanques, entre otros elementos paisajísticos, dentro de un proyecto encomendado a Juan Bautista de Toledo.​

  El palacio mantuvo su fisonomía renacentista hasta 1767, cuando Carlos III le encargó a Francesco Sabatini que procediera a su remodelación. El arquitecto italiano eliminó gran parte de las logias de su primer diseño y optó por el revoco, en lugar del ladrillo de influencia toledana original, confiriéndole un severo aire clasicista.​ 

En 1808 el rey José Bonaparte eligió el Palacio de los Vargas como residencia, probablemente porque reunía mayores condiciones de seguridad que el Palacio Real, dada su ubicación recóndita y alejada del núcleo urbano.

  El Palacio de los Vargas fue concebido como una villa suburbana, con una clara función de recreo. De ahí su ubicación en lo que entonces eran las afueras de Madrid, dentro de un paraje forestal, junto a las riberas del río Manzanares y del arroyo Meaques. 

La importancia artística del Palacio de los Vargas radica en ser una de las escasas casas de campo que se construyeron en España en el siglo XVI; en su posible influencia sobre otros edificios renacentistas, caso del parisino Castillo de Madrid; y en el carácter pionero de la intervención paisajística de Juan Bautista de Toledo, que significó la introducción de modelos renacentistas italianos en la jardinería española.

  Asimismo, el conjunto ha albergado importantes obras de arte, como el cuadro El carro de heno, de El Bosco, que se conserva actualmente en el Museo del Prado;​ la estatua ecuestre de Felipe III, de Pietro Tacca, hoy día instalada en la Plaza Mayor de Madrid; o la Fuente del Águila.

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