En un intento de ponerme al día sobre las penosa actualidad del mundo, enciendo la televisión y lo primero que ven mis ojos es a un hombre dentro de un traje, buscan algo por el suelo. Lo primero que se me vino a la cabeza fue el pendiente de Lola Flores, que en paz descanse.
Enseguida constate que no, que no se le había caído ningún pendiente, que era algo mucho peor, buscaba los pobres de Madrid, de los que habla un informe de CÁRITAS.
¡Que cosas tienen estas organizaciones izquierdosas! ¿No tendrán otras cosas que hacer? ¡Vamos! Decir que en Madrid hay pobres. ¡Increíble!
Puse los cinco sentidos en la pantalla para enterarme de la identidad de este héroe desenmascarador de organizaciones dedicadas a difundir bulos y mentiras. El caballero en cuestión, este Amadís de Gaula del siglo XXI, al parecer viene a llamarse Enrique Ossorio, Consejero de Educación y Juventud de la Comunidad de Madrid y a la vez Portavoz del Gobierno de la Comunidad.
El Caballero andante ha sido servidor de Gallardón, de Aguirre y en la actualidad de la doncella Ayuso, siempre como se ve, en la pomada, muy cerca al parecer de los guisos del PP, sin ser pillado, hasta ahora, probándolos.
Como no podía ser de otra manera, al día siguiente, la doncella Ayuso apoyó a su caballero, aseverando que en Madrid no hay pobres, que no se les ve, ni se les siente. Que son cosas, ya no de CÁRITAS, si no de esa izquierda vil, inútil y mentirosa.
La verdad, la doncella y el caballero tienen razón. En Madrid no hay pobres, no de los que conocen ellos.
En Madrid hay gentes que no tienen techo, que no llegan a fin de mes, que no encienden la calefacción por que no pueden pagar el recibo y tantas carencias como podamos imaginar. En Madrid hay mucha gente comiendo en las colas de CÁRITAS, del padre Ángel y de tantas y tantas organizaciones que ayudan a los necesitados, pero no son pobres.
El caballero Ossorio y la doncella Ayuso, con más de 100 mil euros de sueldo, que les pagan los madrileños, incluidos los madrileños necesitados, no pueden ver pobres girando sobre si mismos. Si quieren ver a los pobres, más pobres de Madrid, deberían ponerse delante de un espejo y comprobar que la pobreza en realidad es la falta de principios, de sensibilidad, de bondad, de solidaridad y sobre todo de vergüenza.Los pobres de Madrid son ellos dos y los que son como ellos, que miran y no ven, que pueden ayudar y no quieren.
¡Pobre caballero! y ¡Pobre doncella! ¡Pobres diablos los dos!
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