Arzúa nos despidió temprano envuelto en una fina sábana de agua que según fué pasando el tiempo se convirtió en una manta.
El barrizal de igual forma fue increscendo y los pies se han ido cargando, provocando una relantización de movimientos y por tanto un retraso en la hora prevista de llegada.
De todas formas, importa poco, no teniamos otra cosa que hacer y al Camino se viene, entre otras cosas a eso.
En esta cuarta etapa como en las anterior ha sobresalido la compañia y camaradería.
¡ Buen Camino!
No hay comentarios:
Publicar un comentario