martes, 5 de abril de 2022

Jardín de la Casa Museo Sorolla

   

    El jardín aísla el museo del bullicio de la calle y es apreciado por el público como un refugio apacible donde se escucha el rumor de las fuentes y se disfruta del color y el olor de la vegetación.

  Abrazado por edificios de grandes dimensiones, el jardín del Museo Sorolla se puede considerar una  sala del museo más con la particularidad de encontrarse al aire libre. Este espacio recuerda el gusto por lo hispano-musulmán que proliferó en la España de Alfonso XIII. 

   El jardín se distribuye en tres espacios, diferenciados por escalones y columnas. El primero evoca El jardín de Troya de los Reales Alcázares sevillanos. Está concebido más como un patio andaluz que como un jardín. Sorolla recoge este rincón en varios lienzos pintados entre los años 1908 y 1910. El pórtico de la fachada es parte fundamental en la composición, que acentúa el carácter sevillano con la presencia de un banco de manufactura moderna de Triana con el Plus Ultra como tema decorativo predominante. Sorolla, siguiendo el modelo italiano, principalmente el renacentista, enriquece este jardín con esculturas, capiteles, escudos y un bajorrelieve en el pórtico, de terracota policromada y vidriada.   

  El segundo jardín de su vivienda, está inspirado en el Jardín de la Ría del Generalife. La influencia sevillana del primero se contrapone con el estilo granadino del segundo. El escaso espacio disponible le obliga a reducir la extensión del riad, canalillo que comunica la pileta delantera, de mármol antiguo y adornada con tres amorcillos en bronce que se han querido adscribir a la mano de Mariano Benlliure. El rincón se completa con una pequeña alberca, recubierta por cerámica verde de Triana. El carácter granadino se acentúa con los arrayanes traídos de la Alhambra y el pilar comprado por el pintor en esa ciudad. Pero no sólo se observa la huella andaluza, puesto que a Sorolla también le fascina Italia, demostrándolo en su jardín.  Otra influencia del jardín renacentista italiano radica en la columnata de la parte izquierda, adornada con tres reproducciones de bronces pompeyanos, que posiblemente Sorolla se trajera de Italia.   

  El tercer jardín responde a un estilo más ecléctico. Sorolla introduce dos elementos dispares enfrentados: una pérgola de origen italiano y una alberca sevillana con unas figuras alegóricas -La fuente de las confidencias- de Francisco Marco Díaz Pintado. El saliente de la rotonda y la escalera de azulejería crean una planta irregular que impidió a Sorolla diseñar un jardín de tradición árabe. Fue plantado en 1911 y rehecho hacia 1917, una vez concluido el segundo.   

   El patio andaluz es un pequeño recinto organizado en torno a una fuente central de azulejería de Triana. En sus galerías colocó Sorolla parte de su colección de cerámica sobre estantes de madera, luego transformados en los actuales de mampostería. El zócalo cerámico es de la fábrica talaverana de Ruiz de Luna (1910-1911) y los azulejos de los santos cocineros y de la escena de caza son de Manises (s. XVIII). En 1991 se acristalaron dos de sus galerías.

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