martes, 16 de abril de 2024

Escaleras de Madrid. Palacio de Santa Cruz

 

   El edificio se articula a partir de dos patios interiores. La gran novedad que introdujo Gómez de Mora fue la simetría de los dos claustros. Se trata de dos espacios cuadrados, de cuatro por cuatro intercolumnios, con dos alturas de arcos de medio punto y con remates de mascarones en el ático.

   Las dos plantas quedan separadas por una sencilla línea de imposta, mientras que, en la parte superior, un friso dórico recorre todo el entablamento. Las columnas son de orden toscano, con fuste liso, de clara influencia herreriana.

 La linealidad de esta composición queda rota por la escalera, que se encaja dentro del eje que sirve de unión a los dos patios. Se incorpora así un elemento de dinamismo y ligereza, que denota el nuevo lenguaje barroco de la época.


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