Negreira - Olveiroa.
Distancia: 33,6 km. Duración: 8h. 30m. Dificultad: ***** Paisaje *****
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Itinerario:
0,0 Km. Negreira
3,3 Km Zas
9,0 Km. A Pena (Piaxe)
12,8 Km. Vilaserío
14,9 Km. O Cornado
19,7 Km. As Maroñas
20,7 Km. Santa Mariña (As Maroñas)
23,6 Km. A Gueima
27,3 Km. Lago (Mazaricos)
31,5 Km. A Ponte Olveira
33,6 Km. Olveiroa
Bonita etapa en un entorno plenamente rural. Presenta sucesivos repechos, la mayoría moderados, excepto la subida por la ladera norte del monte Aro y su posterior bajada, donde las rampas son más pronunciadas.
La jornada puede resultar excesivamente larga para algunos; aquellos que deseen dividirla disponen de alojamientos privados en varios puntos intermedios.
Poco después de A Pena tenemos una variante recomendable y bien señalizada, que lleva hasta Vilaserío sin aumentar la distancia; va siempre por caminos de tierra y evita un tramo peligroso de carretera.
Unos 3 km después de Negreira, en Zas, hay una pequeña tienda-taberna a pie de carretera, por el camino oficial, 100 metros antes de la confluencia con la variante por el paseo fluvial. El primer bar de la etapa está en el km 8,4, antes de llegar al pueblo de A Pena y a 50 metros del camino.
Junto a esta aldea de O Cornado se han descubierto los restos del que probablemente sea el mayor campamento militar romano en toda Galicia, cuya extensión equivale a 17 campos de fútbol, y desde el que se consumó la sangrienta conquista de la región en el siglo I a.C.
Tras superar A Gueima iniciamos la subida por la ladera norte del monte Aro, en cuya cima quedan vestigios de los muros de defensa de un castro celta del siglo V a.C. (si bien el camino tuerce 500 metros antes de llegar a la cumbre). En la posterior bajada disfrutaremos de bonitas vistas sobre el valle del Xallas y el gran embalse de Fervenza.
En A Picota, localidad al sur del camino oficial, hay varios alojamientos privados; quienes deseen pernoctar allí disponen de flechas en color verde a partir de Vilar de Castro. Dicha opción supone 1,3 km más respecto al trazado oficial marcado con mojones por la Xunta.
Al cruzar el puente sobre el río Xallas entramos en el concello de Dumbría, que desde el primer paso nos advierte que estamos en territorio Vákner. En los siguientes kilómetros se nos desvelarán más pistas; los más curiosos (o precavidos) pueden consultar la web de Dumbría Turismo. No estará de más, en adelante, mirar de vez en cuando por encima de la mochila…
El pueblo conserva el aspecto tradicional de las aldeas rurales gallegas, con edificios de piedra y un buen número de hórreos. En su entorno se han hallado numerosos dólmenes, mámoas y petroglifos de la Edad del Bronce.
Para comer o cenar tenemos los restaurantes Casa Loncho, Casa Manola y As Pías; en sus menús nunca faltan platos de cuchara tales como caldo gallego, cocido, callos con garbanzos o estofado de carne, así como un insuperable flan casero.
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