hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún.
El placer supremo es obtener lo que se anhela.
Busca una sola sabiduría.
Lo más sabio es el tiempo, porque esclarece todo.
Lo más fuerte es la necesidad, porque domina todo.
De todas las cosas la más antigua es Dios, porque no fue creado.
La felicidad del cuerpo se funda en la salud; la del entendimiento, en el saber.
Lo más hermoso es el mundo, porque es obra de Dios.
Muchas palabras nunca indican mucha sabiduría.
Lo más grande es el espacio, porque lo encierra todo.
Quebrantará así la lengua de los charlatanes.
Todo es animado y todo está lleno de dioses.
La cosa más difícil es conocernos a nosotros mismos; la más fácil es hablar mal de los demás.
El agua es el elemento y principio de las cosas.
Tales de Mileto (en griego antiguo: Θαλῆς ὁ Μιλήσιος Thalḗs o Milḗsios), (Mileto, 625/624 a. C.-ibídem, 547/546 a. C.)1 fue un filósofo, matemático, geómetra, físico y legislador griego.
Vivió y murió en Mileto, polis griega de la costa jonia (hoy en Turquía). Fue el iniciador de la Escuela de Mileto a la que pertenecieron también Anaximandro (su discípulo) y Anaxímenes (discípulo del anterior). En la antigüedad se le consideraba uno de los Siete Sabios de Grecia. No se conserva ningún texto suyo y es probable que no dejara ningún escrito a su muerte. Desde el siglo V a. C. se le atribuyen importantes aportaciones en el terreno de la filosofía, la matemática, la astronomía, la física, etc., así como un activo papel como legislador en su ciudad natal.
A menudo Tales es considerado el iniciador de la especulación científica y filosófica griega y occidental,2 3 4 aunque su figura y aportaciones están rodeadas de grandes incertidumbres.
Se suele aceptar que Tales comenzó a usar el pensamiento deductivo aplicado a la geometría, y se le atribuye la enunciación de dos teoremas geométricos que llevan su nombre.
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