Si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habría.
La envidia mató al pollo.
La envidia no se toma días libres.
La envidia puede herir a lo que se tiene, pero no a lo que se es.
La envidia puede herir a lo que se tiene, pero no a lo que se es.
La envidia sigue al mérito, como la sombre al cuerpo.
La envidia va tan flaca y amarilla, porque muerde y no come.
La envidia, dice el autor, es martillo destructor.
La envidia y la fiebre, matan al que las tiene.
La envidia y la fiebre, matan al que las tiene.
Lleno es de bondad, quien nunca llegó a envidiar.
Mas te debes guardar de la envidia de un amigo, que de la emboscada de un enemigo.
Mas te debes guardar de la envidia de un amigo, que de la emboscada de un enemigo.
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