A espaldas de la plaza Mayor se encuentra el restaurante más antiguo del mundo. Botín exhibe con orgullo el certificado del libro Guinness de los Récord que le confirma dicho honor.
Botín en realidad es el establecimiento de restauración en el mundo que durante más años ha mantenido su misma actividad.
En la calle de Cuchilleros 17, se puede contemplar una típica casa de comidas del Madrid del siglo XVII.
La historia de Botín se remonta a 1725, una época en la que la zona de Cuchilleros, justo en el límite de la muralla medieval, estaba llena de posadas y casas de comidas para atender a quienes llegaban a la capital del Reino.
Fue Jean Botin, un cocinero francés que en dicha época llegó a Madrid y fundó la casa de comidas. Al principio el restaurante ocupaba la planta baja y las plantas superiores cumplían las funciones de hospedería y, de hecho, se denominaba Hostería Botín.
Su denominación de “Sobrino de Botín” la adquirió cuando la casa de comidas pasó a ser regida por el sobrino de Jean Botin.
La larga historia del Restaurante Botín ha quedado reflejada en numerosas obras literarias, entre las que destacan Fortunata y Jacinta, de Pérez Galdós, o en las Greguerías de Gómez de la Serna.
Y tampoco faltan referencias de autores internacionales, sobre todo de Ernest Hemingway, quien frecuentó Botín y llegó a tener amistad con el entonces propietario del restaurante, Emilio González.
En la actualidad encontrarás un tradicional restaurante de cuatro plantas de comida castellana, dedicado al típico horno de leña, en el que, entre otras especialidades, podrás degustar el famoso cochinillo de Avila o Segovia, o el cordero de Aranda.
En su exterior verás una fachada de ladrillos vistos, característica de las casas en la época medieval en Madrid.
Es recomendable bajar al salón del sótano, con su techo abovedado de ladrillo visto, de baja altura, que formó parte del histórico canal de agua que discurría por la actual Cava de San Miguel
Botín en realidad es el establecimiento de restauración en el mundo que durante más años ha mantenido su misma actividad.
En la calle de Cuchilleros 17, se puede contemplar una típica casa de comidas del Madrid del siglo XVII.
La historia de Botín se remonta a 1725, una época en la que la zona de Cuchilleros, justo en el límite de la muralla medieval, estaba llena de posadas y casas de comidas para atender a quienes llegaban a la capital del Reino.
Fue Jean Botin, un cocinero francés que en dicha época llegó a Madrid y fundó la casa de comidas. Al principio el restaurante ocupaba la planta baja y las plantas superiores cumplían las funciones de hospedería y, de hecho, se denominaba Hostería Botín.
Su denominación de “Sobrino de Botín” la adquirió cuando la casa de comidas pasó a ser regida por el sobrino de Jean Botin.
La larga historia del Restaurante Botín ha quedado reflejada en numerosas obras literarias, entre las que destacan Fortunata y Jacinta, de Pérez Galdós, o en las Greguerías de Gómez de la Serna.
Y tampoco faltan referencias de autores internacionales, sobre todo de Ernest Hemingway, quien frecuentó Botín y llegó a tener amistad con el entonces propietario del restaurante, Emilio González.
En la actualidad encontrarás un tradicional restaurante de cuatro plantas de comida castellana, dedicado al típico horno de leña, en el que, entre otras especialidades, podrás degustar el famoso cochinillo de Avila o Segovia, o el cordero de Aranda.
En su exterior verás una fachada de ladrillos vistos, característica de las casas en la época medieval en Madrid.
Es recomendable bajar al salón del sótano, con su techo abovedado de ladrillo visto, de baja altura, que formó parte del histórico canal de agua que discurría por la actual Cava de San Miguel
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