viernes, 1 de diciembre de 2017

Cinco años de libertad.

Resultado de imagen de imagen quinto cumpleañosParece que fue ayer cuando os hablaba de mi cuarto año de libertad y hoy se cumple el quinto.

Cinco años en que he comprendido la vida o, mejor dicho, el concepto de vida de los señoritos de mi pueblo.
No llegaba a entender su levantar a media mañana, ni los vinos a medio día, ni la tertulia de parte siesta, ni siquiera esas partidas  leoninas de cartas y menos los acosos a las faldas que se movían con el aire.
No me entraban en la cabeza las cacerías vestidos de verde, con gorra de visera a cuadros, ni los paseos altivos a lomos de los sufridos caballos.
Han pasado cinco años y me sigue sin gustar la vida de esos señoritos de casino; ahora bien, he comprendido algo que ni imaginaba y posiblemente ellos tampoco. He comprendido cuál es su verdadero capital, que hoy también es el mío.
No son los olivos, ni las cepas, ni los montes, ni los tractores, ni siquiera el número de peones que tienen a su servicio: su verdadero capital es ser dueños de su tiempo. Esa es la diferencia con los demás.
Resultado de imagen de imagen quinto cumpleañosYo llevo cinco años disfrutando de ese privilegio. No soy un señorito, no llevo su vida, ni me gustaría, pero tengo su capital. Soy libre y dueño de mi tiempo.

Por esto, a pesar de los pesares, estoy obligado a dar las gracias a mi último amo por darme la oportunidad de gestionar mi tiempo, de vivir  mi vida.

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