Rene Descartes en su búsqueda de la verdad, partía del siguiente principio. “Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas”.
Dudo, luego pienso. Pienso, luego existo.
Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.
No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro hombre.
Sería absurdo que nosotros, que somos finitos, tratásemos de determinar las cosas infinitas.
Abrigamos muchos prejuicios si no dudamos, alguna vez, de todo en lo que hallemos la menor sospecha de incertidumbre.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.
Lo poco que he aprendido carece de valor, comparado con lo que ignoro y no desespero en aprender.
No basta tener buen ingenio; lo principal es aplicarlo bien.
Las almas más grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes.
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