Santiago Revuelta, vallisoletano, llegó a Madrid con lo puesto en 1930, y tras trabajar en diversos establecimientos, consiguió abrir el suyo en Usera, una pequeña taberna que se especializó en la venta de vermut de barril.
Años después, 1966, abrió en la calle Latoneros, 3, Casa Revuelta, en las inmediaciones de la Plaza Mayor. Como tantos establecimientos en Madrid, se especializó en la cocina del bacalao, verdadero tesoro en aquellas épocas de estrecheces económicas y frecuentes desabastecimientos.
Casa Revuelta es un local pequeño, donde lo ideal es ir cuando queremos comer de tapas. La especialidad de la casa es el bacalao frito, como ya he dicho, quizá el mejor de Madrid.
Tomar en barra las deliciosas tajadas de bacalao rebozado, es decir Soldaditos de Pavía, o bien los callos los miércoles, con un vermut de barril o una cañita fresca, es el mejor modo de degustar sus especialidades. También están exquisitos los calamares en tinta, los viernes y sábados; y son los domingos cuando ofrecen los torreznos, tan típicos de las tabernas madrileñas.
Casa Revuelta no es una taberna centenaria, como algunos creen, que sitúan su origen a principios del siglo XX, ni un local con la estética y la historia de otros que hemos comentado aquí. Pero es un lugar muy recomendable si quieren tomar el bacalao en su punto de desalado, con un perfecto rebozado y punto de fritura. Frito en el momento en que es pedido. Ideal para ir de cañas y tapas por la Plaza Mayor, con servicio rápido y correcto.
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