En la calle del General Alvarez de Castro 8, en pleno barrio de Chamberí, está en funcionamiento desde 1949, esta tasca tradicional y auténtica, hoy en día mantiene ese toque especial.
Se llama La Mina, Taberna La Mina, nombre muy utilizado para las bodegas en la posguerra, hoy todavía sobreviven unas pocas.
En sus inicios se servían bebidas a granel, que se conservaban en las tinajas de cerámica que ahora forman parte de la decoración del lugar, asi como los zócalos de gresite y cristales con rótulos pintados a mano.
Ha sido el nieto del fundador, Gonzalo, el encargado de modernizar la bodega, asegurándose de que se conservaran las señas de identidad que lo distinguen: una barra de mármol, suelo de gres y paredes enladrilladas.
La Mina es uno de los pocos sitios en los que se puede saborear la esencia del barrio más castizo de Madrid. Famosa por sus cañas, raciones de gambas a la plancha y pinchos morunos, sigue siendo un lugar de obligado para los vecinos, que acuden en masa cada fin de semana para disfrutar de un gran ambiente y sobre todo de un rico aperitivo.
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