Dentro del Parque de Berlín y una vez sobrepasada la entrada, nos encontramos delante de nosotros un estanque de unas dimensiones de 33 metros de largo por 26 metros de ancho y formas irregulares.Inicialmente, el estanque estaba construido conforme al carácter paisajista del parque, años después fueron instalados los surtidores y en 1990, se colocaron las tres piezas alargadas de hormigón que están en el centro del vaso y que son restos del Muro de Berlín que estuvo separando los sectores Occidental y Oriental de aquella ciudad durante 28 años, desde el 13 de agosto de 1961 hasta el 9 de noviembre de 1989.
Las piezas están construidas con forma de L, sirviendo el lado menor como apoyo en el suelo, y sus medidas son de 5 metros de altura por 1,20 metros de ancho. Las pintadas que en ellas aparecen por el lateral son, o al menos lo eran, las originales con las que vino de Berlín. Como anécdota, cabe señalar que dichas pintadas estuvieron a punto de desaparecer por el celo de un empleado municipal que se empeñó en limpiarlas antes de que llegara el Alcalde a inaugurarlas.
Formando parte de las anteriores obras, se colocó el actual borde que, con una altura mayor que el terreno que lo circunda, delimita el estanque. Obviamente, la colocación tanto de los caños de agua como de los trozos del muro ha desvirtuado el carácter paisajista de éste elemento, algo continuado con las obras del año 2007, al cerrarse y separarse de los caminos que lo rodean con la instalación de una pequeña verja metálica y sustituirse la arena que cubría su fondo por un suelo pintado de color verdoso.
Dentro del agua, en el sector situado frente a la fuente de la Virgen Guadalupana, vemos un pedestal de granito con una placa de bronce en la que podemos leer:
EN MEMORIA DEL DERRIBO
DEL MURO DE BERLIN, PARTE DE EL, QUEDA AQUI
MADRID, 9 DE NOVIEMBRE DE 1990.
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