Este establecimiento ha estado regentado siempre por la familia Domingo, desde que se instalara doña Alfonsa, la primera de la familia, en los años cincuenta del siglo pasado.
Desde sus comienzos, se han dedicado a la venta de gallinejas, entresijos y otros platos de esta tradicional cocina madrileña como son las mollejas, los botones, los chicharrones y los canutos sin olvidar las sabrosas patatas fritas en la misma grasa.
Tienen como lema mejorar cada día la atención a la clientela, así como los platos atendiendo las sugerencias de los comensales.
Lo que en un principio era comida popular vendida en las calles de los barrios extremos de Madrid, hoy se puede degustar en uno de los locales más castizos de Madrid.
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